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Deb Walker visita la tumba de su hija, Brooke Goodwin, de 23 años, quien murió en marzo de 2021 de una sobredosis del potente opioide fentanilo y xilacina, un tranquilizante para animales que se está abriendo paso en el suministro de drogas ilícitas. Condado de Chester (Pensilvania), el jueves 9 de diciembre de 2021. Foto: AP