DEA=Corrupción

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DEA=Corrupción
Fecha de publicación: 
15 Diciembre 2022
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Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador expulsó de México a la agencia antidrogas de Estados Unidos (Drugs Enforcement Agency-DEA), estaba dando la batuta de lo que gobiernos de la región debían hacer con una entidad que, bajo el pretexto de combatir al letal flagelo, se enriquece con la permisividad a los cárteles del narcotráfico.

No fue nada festinado, ni una acción nacionalista para granjearse la simpatía popular, que le sobra, sino un señalamiento a la hipocresía que ha caracterizado a una agencia que solo actúa contra elementos de poca monta y se vuelve cómplice de quienes la llenan de dinero a cambio de la salud del pueblo.

Y traigo este ejemplo a colación ante los nuevos escándalos que se descubren de la DEA, incluso la de un agente capturado in fraganti que se daba “la buena vida” con el dinero que recibía del narcotráfico, en un hecho que involucra a casi todo el personal que sigue siendo utilizado por Estados Unidos para interferir en los asuntos internos de otras naciones.

El pasado día 9, José Irizarry, un estadounidense de origen puertorriqueño, fue sentenciado a 12 años de prisión en una Corte de Florida por los delitos de fraude y lavado de dinero. Irizarry era un agente especial de la DEA desplegado en Miami, Florida, y en Cartagena, Colombia.

Irizarry aprovechó su posición como agente especial para desviarse a sí mismo y a sus cómplices aproximadamente nueve millones de dólares provenientes de investigaciones encubiertas de la DEA sobre lavado de dinero.

En retorno, recibió sobornos y recompensas equivalentes a al menos un millón de dólares; los cuales fueron utilizados para comprar joyas, autos de lujo y una casa.

El caso de José Irizarry no sucede en un vacío. Se suma a una serie de recientes corruptelas vinculadas con agentes antidrogas de Estados Unidos.

Apenas en agosto del 2021, otro ex agente de la DEA fue sentenciado a 13 años de prisión por nueve delitos relacionados con su mala conducta como oficial del Estado, entre ellos dar un falso testimonio, obstruir la justicia y robo.

Chad Allan Scott, ex agente antidrogas desplegado en Louisiana, recibió sobornos de narcotraficantes, robó dinero que debía ser incautado y luego intentó destruir la evidencia de sus irregularidades.

HAY MÁS

Antiguos elementos de la DEA que operaban en Haití han acusado a funcionarios de la agencia antidrogas en Puerto Príncipe de operar en colusión con narcotraficantes del país caribeño.

Tras una investigación interna en la cual la propia agencia desestimó los señalamientos de los informantes, el órgano de control interno del gobierno estadounidense calificó la pesquisa interna como “no razonable”, e instó al Departamento de Justicia a “revisar de cerca” las operaciones de la DEA en Haití.

A este caso en el que se encubrió la culpabilidad de los agentes, se suman otros dos en los que sí fueron admitidos haber suministrado información confidencial a grupos criminales.

Se trata del ex capitán de policía colombiana Juan Pablo Mosquera, acusado de vender evidencia e información a objetivos criminales investigados por Washington mientras encabezaba la Unidad de Investigaciones Sensibles en Cartagena, Colombia, órgano cuya capacidad y confianza son supuestamente verificadas por el gobierno de Estados Unidos.

El segundo caso involucra al mexicano Iván Reyes Arzate, ex policía federal que se declaró culpable ante la justicia estadounidense por el delito de conspiración para traficar drogas, luego de recibir sobornos de una organización criminal conocida como El Seguimiento 39.

De acuerdo con testimonios judiciales, Arzate también fue cómplice del Cártel de los Beltrán Leyva a la par que lideraba la Unidad de Investigaciones Sensibles de la antigua Policía Federal, grupo que también contaba con la certificación de Estados Unidos. 

NO TAN SORPRESA

El autor de The Dopé, Benjamin T. Smith, especialista en historia moderna de México y profesor de la Universidad de Warwick, expresó en el texto que una cosa que encontré y que le pareció sorprendente fue lo corruptas que eran la DEA, la Oficina de Aduanas y la Oficina de Narcóticos y Drogas Peligrosas (Bureau of Narcotics and Dangerous Drugs, BNDD) en la década de los setenta, y cómo esto se olvidó completamente.

Algunas personas de la Oficina Federal de Narcóticos (Federal Bureau of Narcotics, FBN), que era dirigida por Harry J. Anslinger, dijeron, según algunos medios, que entre un tercio y la mitad de sus agentes estaban en la nómina de la “Conexión Francesa”, una gran red de tráfico de heroína.

Según el escritor, se trató de hacer creer que los traficantes estadounidenses eran inocentes, que nunca hacían nada violento y que eran nobles empresarios. Se creyeron el “mito narco” de que tan pronto como se pasaba la frontera todo era peligroso y todo el mundo era intrínsecamente violento, cuando “fueron precisamente los estadounidenses quienes llevaron las armas y parte de la violencia a México”.

Y es que la DEA no puede admitir que su forma estándar de acabar con los grupos traficantes no solo es completamente ineficaz y que nunca erradica las drogas de las calles por más de un par de días, sino que además causa la gran parte de la violencia en otros países. 

Al respecto, Benjamin T. Smith pone un ejemplo:
“Suponemos que los grupos narcotraficantes de México se enfrentan entre sí, porque cada uno quiere vender cierta parte de cocaína en Chicago. Pero no es así. Están luchando entre sí, porque la DEA y los policías federales mexicanos los han puesto uno en contra del otro. Cada uno está absolutamente petrificado con la idea de que el otro grupo los va a sacar del negocio”. ´

Comentarios

DEA hay una corrucción y sobornos que es una mafia
javierhdez2.capri171@gmail.com

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