VNL: Juego crucial contra Serbia

El juego que llevamos esperando desde el año pasado, el que puede decidirlo todo, tendrá lugar este miércoles en Eslovenia, sede de la última parada de la fase de grupos en la Liga de Naciones 2024.

Ahí el voleibol masculino cubano se jugará prácticamente la posibilidad de ser el único elenco colectivo de la delegación a los Juegos Olímpicos de París 2024, porque si bien quedan otros tres juegos más, ese directo vale doble y es el que no se puede perder para no depender de nadie.

Al tope llegamos en desventaja mínima, pues Cuba acumula 250.64 puntos, por 251.55 de Serbia.

Una victoria en tres sets puede abrir una distancia de 20 unidades entre ambos planteles, mientras que en cinco podría ser de 10, así que los dos elencos saldrán con todo en Ljiubliana para allanar el acceso directo a la Ciudad Luz.

Es verdad que luego restarían los choques contra Bulgaria, Polonia y los anfitriones eslovenos (los serbios en vez de los búlgaros se las verán con Turquía), pero recortar esa diferencia será muy complicado para cualquiera de los dos que salga derrotado.

Los caribeños tienen que hacer borrón y cuenta nueva de la funesta segunda semana, donde apenas alcanzaron una victoria, y el trabajo sicológico tiene que rendir sus frutos para levantar la moral de cara al duelo decisivo.

Sin la presencia del lesionado Jesús Herrera, Miguel Ángel López tiene que ponerse los galones para aprovechar el buen momento de Marlon Yant, y será vital también recuperar al capitán Robertlandy Simón, lesionado en esa segunda parada.

Del mismo modo, hay que tratar de reducir los errores propios, la mayoría en servicio, para seguir agrediendo pero con efectividad.

Tanto cubanos como serbios enfrentarán luego a polacos y eslovenos, que están por encima en el listado universal y deben ser rivales inaccesibles, pero luego salen favoritos ante búlgaros y turcos, respectivamente, así que todo está muy parejo.

Los nuestros demostraron con los choques ante Brasil y Francia que pueden derrotar a cualquiera, pero si caen en los baches tradicionales pueden vivir de la manera más amarga el fin de una generación que llenó de esperanzas al voly masculino.

Aunque hay mucho talento, serán las últimas balas de Simón, y el resto está en su momento de mayor madurez, no creo que dentro de cuatro años se encuentren mejor, así que es el ahora o nunca para estos jugadores.

El entrenador Jesús Cruz tiene que sacar el máximo tanto a ellos como a los prometedores Christian Thondike y Javier Concepción, quienes han asumido con fuerza papeles protagónicos a pesar de su juventud.

Sobre ellos giraría la Cuba del futuro, pero la de hoy, la de ahora mismo, pide a gritos el regreso a una cita bajo los cinco aros como colofón a carreras prestigiosas y décadas de entrega sobre la cancha.