El paso de Pinar del Río y Ciego de Ávila es de lo mejor que ha ocurrido hasta el momento en la 63 Serie Nacional de Béisbol, sobre todo en el caso de estos últimos, que no muchos especialistas les daban posibilidades de estar en la vanguardia tras un año mediocre.

En el caso de los Vegueros sí se esperaba mucho más en relación con la pasada campaña, pero igual sorprende que coqueteen en la cima cuando ya no cuentan con sus dos principales cartas de pitcheo: Erlys Casanova y Frank Luis Medina, ambos en Italia.

El único elenco cubano que ha subido a lo más alto del podio en una Serie del Caribe (2015) después del regreso del país a esas lides en 2014 no ha perdido ninguno de sus seis duelos particulares este año, y basa su buen paso también en el aporte del trío formado por William Saavedra, el exGrandes Ligas Alexei Ramírez y Yaser Julio González, quienes acumulan ya más de 100 carreras impulsadas y 30 batazos de vuelta completa de conjunto.

La tropa de Alexander Urquiola se benefició de buenas actuaciones de sus relevistas, y si estos desconocidos se mantienen así habrá que contar con ellos para empeños mayores.

Pero como decía antes, de los llamados Pativerdes esperaba algo así en esta Serie, no tanto de los Tigres, que muestran sintonía en todos los aspectos de juego y tienen como líder de su staff al reconocido Dachel Duquesne, un lanzador que sin ruido siempre está entre los mejores.

Los campeones de Las Tunas están donde corresponde. Los Leñadores siguen apoyados en su feroz ofensiva encabezada por Rafael Viñales y Yosvani Alarcón, a quienes se incorporó con fuerza Dennis Peña, y con Alberto Pablo Civil como cerrador lo tienen todo para intentar repetir la corona.

Camagüey estaba en un segundo grupo de favoritos y luego de un inicio funesto logró enderezar el rumbo, mientras que Industriales capea el temporal de lesiones y ausencias de la mejor manera posible, todavía sin carburar como se esperaba de ellos.

Granma, Artemisa y Santiago de Cuba están en el entorno que esperábamos, Sancti Spíritus un poco por debajo y Villa Clara por encima, y las grandes decepciones son los Cocodrilos de Matanzas y los Huracanes Mayabeque, sobre todo estos últimos, porque los yumurinos están sin pitcheo de experiencia.

En esta primera mitad ha sufrido bastante el espectáculo por indisciplinas asociadas al arbitraje, y ya fueron expulsados 48 peloteros o directivos en el campeonato y nueve árbitros fueron
sancionados.

Estos últimos son humanos y pueden equivocarse, como todo el mundo (para eso tienen un régimen disciplinario que conlleva castigos cuando fallan), pero lo que no se puede tolerar son los incidentes violentos con el público ocurridos en Matanzas, Pinar del Río y Ciego de Ávila.

Cuando se protesta hasta los conteos la afición se enardece y la emprenda con los imparciales, que dicho sea de paso la mayoría no tiene la experiencia necesaria en campeonatos provinciales y eventos nacionales de las categorías inferiores antes de dar el paso a nuestro torneo mayor. No obstante, reiteramos que en ningún caso se puede tolerar la violencia.