ONU pide esfuerzos para apoyar a niños en Haití
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La Organización de Naciones Unidas (ONU) mantiene hoy sus esfuerzos para apoyar a los niños en Haití, donde al menos 2,6 millones de menores necesitan asistencia vital.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, siglas en inglés) alerta en un reciente informe que el número de niños haitianos que necesitan ayuda humanitaria aumentó en medio millón durante los últimos dos años.
Las cifras se incrementan a la par de la violencia armada, combinado con el resurgimiento del cólera, la inseguridad alimentaria y la inflación, que limitan el acceso a servicios esenciales como la salud, nutrición, agua e higiene y educación para millones de infantes y sus familias.
Por ello, el organismo de ONU aboga por extender su respaldo con una contribución mayor.
De acuerdo con sus estimaciones, la respuesta humanitaria de la agencia en Haití recibió alrededor del 40 por ciento de los fondos necesarios el año pasado.
Esta cifra la convierte en el llamamiento con menos fondos de la operación de emergencia de Unicef en América Latina y el Caribe.
La organización apoya los esfuerzos por vacunar contra el cólera, reforzar la divulgación de buenas prácticas de salud, el acceso al agua potable, así como programas para la educación y a la atención médica, en particular a niños.
Sin embargo, estos resultan insuficientes en el panorama desolador que enfrenta la nación.
“Esta es una de las épocas más difíciles para ser niño, niña o adolescente en Haití desde el terremoto de 2010, y la situación empeora día a día”, reconoció Garry Conille, director regional de Unicef para América Latina y el Caribe durante una reciente visita al país.
“Con un acceso limitado a agua potable, alimentos asequibles, atención sanitaria básica y protección, los niños, niñas, adolescentes y sus familias están llegando a un punto crítico”, agregó citado por ONU.
A juicio del representante, es urgente un apoyo adicional para evitar una situación humanitaria peor en los próximos meses.
“La asistencia humanitaria (…), uno de los pocos salvavidas que les quedan, es un «tope» que impide que el país entre en una espiral de disturbios sociales, inseguridad, inestabilidad y más pobreza”, afirmó Conille.
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