Dispuesta UE a enfrentarse a aranceles de Trump para proteger su Economía
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Imagen tomada de https://es.euronews.com
Bruselas tiene un "plan sólido para tomar represalias" contra los aranceles recíprocos de Trump, ha dicho Ursula von der Leyen al tiempo que ha pedido una "solución negociada".
La Unión Europea tiene "muchas cartas" que puede aprovechar para negociar, disuadir y, si es necesario, "hacer retroceder" el plan de Donald Trump de imponer aranceles recíprocos a todos los socios comerciales de Estados Unidos, ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en vísperas de lo que el presidente estadounidense ha bautizado como el 'Día de la Liberación'.
Trump, cuya iniciativa sin precedentes ha enemistado a sus aliados, sacudido los mercados bursátiles y despertado el temor a la recesión, ha dicho que sus aranceles se dirigirían a "todos los países" como punto de partida y luego "vamos a ver qué pasa".
Para el bloque, los aranceles recíprocos se sumarán a los derechos del 25% sobre las exportaciones de acero, aluminio y automóviles. La Comisión Europea ha presentado contramedidas para contrarrestarlos, pero ha retrasado su introducción hasta mediados de abril.
Ante la inminencia de una nueva oleada de aranceles de Trump, la Comisión endurece su tono y advierte de que su respuesta no tendrá líneas rojas. "Permítanme ser claro: Europa no empezó esta confrontación. Creemos que es un error", dijo Von der Leyen el martes ante el Parlamento Europeo.
"Tenemos todo lo que necesitamos para proteger a nuestra gente y nuestra prosperidad. Tenemos el mayor mercado único del mundo. Tenemos la fuerza para negociar. Tenemos la fuerza para rechazar. Y los ciudadanos de Europa deben saberlo: juntos promoveremos y defenderemos siempre nuestros intereses y valores. Y siempre defenderemos a Europa", afirmó.
Los aranceles subirán los precios para los consumidores
La presidenta de la Comisión dijo que los aranceles subirían los precios para los consumidores, destruirían puestos de trabajo, crearían un "monstruo burocrático" en las aduanas y serían una "pesadilla" para las empresas estadounidenses que venden sus productos a Europa. También subrayó que los aranceles irían en contra de la agenda de Trump para reindustrializar Estados Unidos.
"Esta confrontación no beneficia a nadie", dijo Von der Leyen. A lo largo de su discurso, la presidenta insistió en que el objetivo de la Comisión sería una "solución negociada" para evitar lo que se perfila rápidamente como una guerra comercial total entre ambos lados del Atlántico, que los analistas esperan que tenga consecuencias económicas desastrosas en un momento de mayor incertidumbre global.
"Abordaremos estas negociaciones desde una posición de fuerza. Europa tiene muchas cartas: desde el comercio a la tecnología, pasando por el tamaño de nuestro mercado", dijo Von der Leyen y añadió que, si las conversaciones no llegan a un compromiso, Bruselas no dudará en tomar "contramedidas firmes", con todas las opciones sobre la mesa.
Funcionarios de la Comisión ya han señalado que la posible respuesta podría ir más allá del tradicional ojo por ojo en materia de bienes e incluir los servicios, que hasta ahora no se han visto afectados. En 2023, la UE registró un superávit de bienes con EE.UU. por valor de 156.600 millones de euros, pero un déficit de servicios por valor de 108.600 millones.
"Todos estaríamos mejor si pudiéramos encontrar una solución constructiva", dijo Von der Leyen a los legisladores en Estrasburgo. "Al mismo tiempo, también tiene que quedar claro: Europa no ha iniciado esta confrontación. No queremos necesariamente tomar represalias, pero tenemos un plan sólido para tomarlas si es necesario".
A medida que aumentan las tensiones comerciales, Von der Leyen ha intensificado su compromiso con los líderes de todo el bloque para garantizar un frente unido contra la Casa Blanca.
Aunque los jefes de Estado y de Gobierno están de acuerdo en que los aranceles de Trump no pueden quedar sin respuesta, discrepan sobre qué productos deben ser el objetivo de la reacción, temiendo que las contramedidas puedan dañar industrias clave de sus economías nacionales.
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