Descubren que orfebres de la época helenística usaban la proporción aura para crear joyas
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Diadema de oro de bandas trenzadas perteneciente al Tesoro de Karpenisi. Foto: tomada de abc.es
Siete años ha tardado el Museo Benaki en poner en marcha la magnífica y ambiciosa muestra monográfica: 'Arte de oro. La orfebrería en época helenística', que permite al visitante adentrarse en este mundo en el periodo que abarca desde el 323 a.C.,- año de la muerte de Alejandro Magno- y la anexión de Egipto por Roma en el 30 a.C.
Durante las investigaciones llevadas a cabo en el marco de la exposición, en las que se ha empleado la microscopía y técnicas de arqueología experimental, los expertos han conseguido analizar de forma rigurosa decenas de piezas extrayendo, entre otras conclusiones, que los orfebres helenísticos conocían y empleaban la proporción áurea en la elaboración de sus obras.
«Hasta ahora se había documentado en otras expresiones artísticas pero nunca en joyería», afirma la arqueóloga y comisaria de la exposición, Irini Papageorgíu quien cree que este hallazgo cambia la forma de entender los métodos de trabajo de los artesanos del oro en la época helenística.
Rebautizada en el siglo XVI como proporción divina, la proporción áurea fue usada por egipcios, griegos y romanos para conseguir la perfección de la obra gracias a un patrón inspirado en la naturaleza, donde el rectángulo es el principal protagonista y que conseguía la relación armónica de todas las partes de la misma. Durante la Grecia Clásica la proporción áurea se consideraba la clave para entender el cosmos y Fidias la empleó en la decoración escultórica del Partenón de Atenas.
Entre las más de 500 piezas expuestas, no solo se pueden contemplar algunas de las joyas más representativas y las herramientas con las que fueron fabricadas, sino que, gracias a un proyecto de arqueología experimental, también podrá profundizarse en las técnicas de fabricación a través de varios vídeos que muestran los resultados de la exhaustiva investigación.
Además y, por primera vez, se ha sometido a las piezas a un exhaustivo análisis microscópico para, gracias a las huellas dejadas por las herramientas durante su fabricación, crear útiles similares a los empleados por los maestros orfebres helenísticos. «La herramienta alcanzaba su forma final cuando se convertía en una extensión de la mano del artesano. Cada orfebre se hacía sus propias herramientas adaptadas a su ritmo de trabajo», explica Akis Gumas, asesor científico de la exposición y responsable de los ensayos de arqueología experimental llevados a cabo.
Entre el medio millar de piezas pertenecientes a 25 museos griegos y 5 extranjeros, la exposición da la oportunidad al espectador de contemplar, por primera vez al completo el Tesoro de Karpenisi, obra maestra de la orfebrería helenística.
Compuesto por 44 piezas y fechadas entre los siglos III y II a.C., se cree que perteneció a miembros de la corte macedonia. Algunas de las piezas llevan el nombre de Zoila.
Dado que los orfebres de esta época no firmaban sus obras, los arqueólogos piensan que debía ser el nombre de la propietaria de las mismas.
El tesoro se custodia entre el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, -institución que alberga la gran mayoría de las piezas-, y el Museo Benaki desde que la coleccionista griega, Eleni Stathatu, lo donase en el año 1957.
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