Cuba: Primer día sin nasobuco ¿te pintaste los labios, María?

«Ay mi madre, se me quedó el nasobuco! Dijo preocupado y sacó el pañuelo corriendo para taparse la boca. Niño que no se te quedó nada, le dijo ella, acuérdate que el Ministro ya dio permiso pa quitarnos eso. Ay no, ahora yo hasta que me acostumbre voy por ahí pa allá asustado, creo que mañana salgo con un nasobuco por si acaso...».

Supongo que ahí no murió el tema, pero la pareja dobló la esquina y yo, por más que habría querido saber si al final el muchacho se adaptaba o no, tuve que seguir derechito para la escuela de mi hijo quien, por cierto, llevaba el nasobuco en el bolsillo del short, «por si la maestra le decía que se lo pusiera».

Sin dudas, este 31 de mayo ha marcado un antes y un después en la vida de los cubanos y cubanas, y la decisión del MINSAP el tema del día. Nosotros, variopintos como somos, lo hemos asumido de mil maneras diferentes: unos con preocupación, otros con euforia, pero lo que se dice inadvertido solo ha pasado para el que se perdió el estelar del lunes, y además se mantuvo alejado de las redes sociales, como una amiga que «se desayunó» con la noticia a las dos de la tarde de este martes:

«Niña, me subo a un taxi y el chofer sin nasobuco, lo que le puse fue coquito con dulce de guayaba, de irresponsable para alante le dije hasta alma mía. El tipo me dejó terminar tranquilamente y lo único que me dijo fue: señora, hay que ver el noticiero. El muchacho que venía sentado al lado mío me enseñó en el móvil un meme y me dijo: mire mi tía, ya no hay que usar eso, los feos son los únicos que salieron hoy con nasobuco».

En buena lid, mi amiga es el ejemplo de que también lo llevaban puesto los despistados y, además, salieron a la calle con su tapabocas muchas personas que, ya sea por costumbre o por una prudencia bien cosechada durante tanto tiempo en que nos hemos sentido en peligro, tampoco se deciden a dejarlo en casa. 

Sé de alguien que sobrevivió durante meses vendiendo nasobucos y ahora siente que se quedó, como se dice en buen cubano «en banda». Pero también vi en Facebook un anuncio, de una gente muy seria, interesada en comprar, justo hoy, nasobucos. Esto es Cuba y siempre sorprendemos.

Pero si de las redes sociales se trata, creo que se podría compilar para la historia la lluvia de memes que se generaron, los chistes y «el chucho». Si bien aquel negocio que les comenté prevé una crisis, los que tengan maquinitas de afeitar y creyones de labios estarán, supungo, en su mejor momento. Quien tenga espíritu investigativo que se ponga a contar las patillas y los bigotes arrasados y la cantidad de labios rojos, rosados, morados, carmelitas... labios tanto tiempo escondidos.

En fin, cada cual se ha tomado este signo de la nueva normalidad a su modo y a su ritmo. Nadie dijo que hiciéramos una hoguera para quemar nasobucos en el patio de la casa, hay que mantenerlos en aglomeraciones y espacios cerrados, llevarlo sin olvidos en caso de que tengamos algún catarrito de esos que pululan en este clima nuestro. 

De hecho, tampoco sobran oportunos llamados «al relajo con orden», porque si nos quitamos el nasobuco estamos obligados a ponernos doble la autorresponsabilidad para que tanto camino adelantado con las súper, mega poderosas vacunas cubanas, no tenga retrocesos. 

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