Covid-19 pobreza de muchos y opulencia para pocos
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El panorama de América Latina y el Caribe es hoy muy complejo, pese a experimentar una recuperación en 2021, pero hay que hacer cambios necesarios y profundos del modelo de desarrollo, aseguró la Cepal.
De no hacer esas transformaciones no vamos a poder salir de esta trayectoria de crecimiento a la baja, afirmó este jueves la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, Alicia Bárcena durante la presentación de un nuevo informe especial con proyecciones económicas, a más de un año de la aparición de la pandemia de la Covid-19.
Aunque ese organismo de Naciones Unidas elevó su estimación de crecimiento regional para este año a 5,2 por ciento producto de un rebote que no asegura una expansión sostenida, advirtió que los impactos sociales de la crisis se agudizan y persistirán durante la recuperación.
Pero ese incremento será insuficiente para cubrir la contracción de 6,8 por ciento sufrida el año pasado como consecuencia de la Covid-19, mientras el avance en 2022 llegará sólo a 2,9 por ciento y, al final de ese año, 19 de 33 países no habrán recuperado el Producto Interno Bruto previo a la pandemia.
Bárcena afirmó que la crisis agudizó los problemas estructurales, haciendo más urgente que nunca emprender cambios de fondo 'con una mirada de igualdad' que elimine 'de una vez por toda la cultura del privilegio expresada en la evasión'.
Hizo alusión a los fondos ilícitos, a los gastos tributarios inequitativos, en la excesiva concentración de la riqueza.
Agregó que si no se abordan esos temas y no se reestructuran la educación y la salud, la región no recuperará el ciento por ciento de los empleos y seguirá en la senda que se encuentra ahora, con un aumento de la pobreza, la pobreza extrema, la desigualdad y el deterioro del medio ambiente.
Sobradas razones llevaron a Bárcena a tan urgente solicitud para gobernantes, decisores de políticas públicas y fuerzas de cambio en la región, porque frente a ese espinoso escenario, que agrava la situación de los más vulnerables generada por la Covid-19, también aumentó la cantidad de multimillonarios.
De la acera opuesta a la pobreza, el hambre y el desempleo, la riqueza de los más adinerados en Latinoamérica creció en apenas un año de pandemia en más de un 40 por ciento.
Los datos de la lista anual de 2020, publicada por Forbes en marzo de 2020 a inicios de la crisis sanitaria, mostraron un total de 76 multimillonarios en la región con un patrimonio neto combinado de 284 mil millones de dólares.
En la actualización de esa información en marzo de 2021, aparece un marcado crecimiento con un total de 105 multimillonarios, quienes atesoran una riqueza de 448 mil millones de dólares.
Más reciente, en mayo de este propio año, aparecen 107 acaudalados con un capital ascendente a 480 mil millones de dólares.
Mientras millones de personas caen en la pobreza, el número de multimillonarios se ha disparado en Latinoamérica desde el inicio de la pandemia, un fenómeno al que los Gobiernos deben responder con medidas en materia fiscal y regulatoria, según defiende Luis Felipe López-Calva, el director regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
'En conjunto, durante la pandemia, el número total de acaudalados en América Latina y el Caribe aumentó en 31 y su patrimonio neto combinado aumentó en 196 mil millones de dólares, esto es aproximadamente el tamaño de la economía de Ecuador', explicó recientemente el funcionario.
Resalta que alrededor de las tres cuartas partes de los magnates de la región son de Brasil y México, significó.
Sobre el tema, el director regional de la PNUD aclaró que la generación de riqueza no es algo negativo, pero sí debe llevar a que se discutan acciones públicas, sobre todo en un momento en el que la pobreza está aumentando rápidamente.
Insistió en que la creación de fortuna sea una mala noticia. 'Lo que hay que ver es cómo esa riqueza se transmite o se transfiere a los hogares en general en términos de mayor bienestar, de avance social'.
Para el economista mexicano, una prioridad debe ser aumentar los impuestos a las grandes corporaciones y hacerlo de forma coordinada, con acuerdos a nivel regional o global para evitar una competencia a la baja entre países.
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