CHARLAS SOBRE MI EMBARAZO: La hora del nacimiento
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Foto: Redacción Médica
Qué bien que el día de los nacimientos se celebre con una fiesta de cumpleaños, pues no es menos cierto que ese día, y horas antes, para los padres y la familia y amigos más cercanos es de total tensión y una preocupación desesperante.
Mi caso no fue de los más fáciles; por complicaciones terminé en una cesárea de urgencia y anestesia general, pero sí vi y hablé con otra gestante que parió tan rápido, que cuando la dejé de ver, a la hora la vi en la sala de recuperación con su bebé.
El parto natural, para la mayoría de las mujeres, es bien doloroso, aunque para otras es rápido. El caso de ella fue así, era su segundo hijo, y ese mismo día, tras una consulta de embarazo a término, la doctora le dijo: «hoy pares», y así mismo fue.
La recuperación de aquella mamá era de envidiar, tenía buen ánimo, no se veía tan agotada y podía manipular bien a su bebé; ahora bien, cuando te enfrentas a una cesárea, la historia es otra, más cuando nunca antes has pasado por una operación de esa magnitud.
Si me preguntan qué preferiría, la verdad que mi respuesta es la de tener un niño sano. Las dos vías son peligrosas y de cuidados. De igual forma, les aconsejo que no se dejen llevar por la facilidad de la cesárea para evitar el dolor de cada contracción.
Y es que el dolor que uno siente ya operada, cuando te vas a incorporar de la cama y al caminar, es insoportable. Yo experimentaba cada vez que me sentaba en aquella cama y butaca un malestar nunca antes sentido, de escalofríos, temblores, fatiga, náuseas y mareos.
Mi recompensa cada segundo era ver, cargar y alimentar a mi bebé, un nuevo ser, un miembro nuevo que acababa de conocer y que por día me enseña cómo una madre o padre es capaz de amar y cuidar a un hijo.
Bien recuerdo que por día me sentía en mejores condiciones, eso sí, el cansancio y la falta de sueño, porque había que alimentarlo cada tres horas, nos tuvieron a mi esposo y a mí desubicados en tiempo y espacio por un mes.
Ya después de los tres meses, las noches fueron mejorando, con sus baches por las crisis de lactancia y la dentición, aunque siempre tuvo una tendencia a dormir más horas corridas en la madrugada.
Hoy día mi bebé ya tiene un año y los dos sentimos que ha sido un buen sacrificio el embarazo con sus ingresos largos, la cesárea y las malas noches por la felicidad de ambos y familiar. Si no has leído los escritos anteriores, te los dejamos acá abajo para que entiendas bien mi historia.
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