Buen debut para chicas del boxeo

El camino más largo comienza con el primer paso, reza un viejo refrán chino, y eso es precisamente lo que vimos estos días cuando por primera vez mujeres cubanas compitieron en un Campeonato Mundial de boxeo.

Nuestras pioneras fueron Melany Girado (57 kilogramos), Dayira Mesa (75) y Yoana Rodríguez (81), y la impresión que dejaron fue bastante buena, en una justa que reunió a unas 500 pugilistas de 40 países, en 12 categorías de peso (desde 48 hasta más de 81 kilos).

Mesa fue la que quizás estuvo un poco por debajo, pero se trataba nada menos que de su debut fuera de casa, y aunque cayó 0-5 frente a la rusa Anastasia Shamonova, su rival suma más de 70 peleas celebradas a todos los niveles y fue subcampeona europea, así que era bastante evidente la desproporción entre una y otra.

Mucho más cerrada fue la derrota de Rodríguez, quien protagonizó unaexcelente demostración ante la uzbeka SokhibaRuzmetova, doble subtitular asiática, quien le superó 3-2. Fue un combate en el que incluso hubo empate, pues el juez que en definitiva inclino la balanza en contra de la nuestra lo hizo luego de ir al conteo de golpes, porque vio igualadas las acciones sobre el encerado.

Girado fue la de mejor performance en sentido general, al anotarse como la primera cubana en ver alzar su brazo en este tipo de lides, cuando se impuso por no presentación de la tanzana HalimaVunjabei.

En su segunda salida, apenas su segundo combate internacional, cedió por RCS en el asalto inicial ante la uzbeka NiginaUktamova. La villaclareña salió impetuosa y le provocó un conteo de protección a la también subcampeona asiática, pero luego esta se repuso y se anotó tres a su favor, que obligaron a la detención de las acciones.

Se sabía que era una prueba bastante exigente para el nivel actual de nuestro pugilismo femenino, pero resulta a todas luces imprescindible para potenciar su desarrollo, y pronto seguramente recogeremos los frutos de esta primera experiencia, apenas dos años después de que oficialmente se introdujera la disciplina en Cuba.

La comitiva dirigida por Iván Horta puede regresar con la satisfacción de haberlo dado todo, y consciente del camino que la separa de la elite.

La juventud de estas muchachas abre una luz de esperanza para poder pensar en buenos resultados a nivel regional en el presente cuatrienio, que pudiera concluir felizmente con alguna clasificación para los Juegos Olímpicos previstos en Los Ángeles en 2028.

Es un sueño ambicioso, pero solo con hambre de triunfo se consiguen las grandes cosas, y este primer paso va allanando el camino hacia empeños mayores.

La historia ha demostrado que las mujeres cubanas se crecen en diferentes ámbitos, y el deporte no es una excepción.