Omara Durand, 11 años de imbatibilidad en las pistas del mundo

Durand, recordista universal en 100, 200 y 400 metros planos categoría T-12, débil visual profunda, dominó cada una de esas distancias con una tranquilidad pasmosa, al punto de lograr marcas comparables con sus homólogas en el plano convencional.

Mis tiempos están al nivel de las atletas convencionales, pero no pienso en eso. Nunca me detengo en ello. Soy feliz con mi discapacidad y eso es lo más importante, manifestó la santiaguera, de 27 años, en un aparte con Prensa Latina a su regreso del programa multideportivo.

Cinco veces campeona olímpica y multimedallista mundial, Durand repitió en Lima la dosis exacta puesta a disposición del público cuatro años antes en el programa de Toronto. La preparación esta vez no fue la mejor por algunas cuestiones, pero me alcanzó para cumplir el objetivo en el evento.

Omara no pierde una carrera desde el 2008, cuando debutó en los Juegos Paralímpicos de Beijing. Aquella vez, con apenas 18 años, era la favorita de los especialistas, sin embargo, una distensión muscular la afectó psicológicamente y la privó de escalar el podio de premiaciones.

Tras aquel amargo momento, el panorama cambió radicalmente para una corredora considerada la Usain Bolt (velocista jamaicano) del paratletismo femenino.

'Son más de 10 años sin perder y eso significa mucho, por eso doy gracias a la Revolución y a la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro por cada uno de mis logros durante todo este tiempo'.

Dueña de marcas personales de ensueño, con 11.40 en 100, 23.03 en 200 y 51.77 segundos en la vuelta al óvalo, la caribeña es sinónimo de victoria y su humildad parece casi un imposible. Me siento feliz y si volviera a nacer no tendría problemas con tener mi discapacidad, dijo.

El nivel de la cubana es tan mayúsculo que su tiempo de 52.51 segundos alcanzado en los 400 en el Estadio Atlético de La Videna es superior a dos de las finalistas presentes en el cierre de esa prueba dentro de la Liga de Diamante 2019.

Después de horas y horas de intenso trabajo y metas cumplidas, Omara Durand y Yunior Kindelán conforman una dupla tan sincronizada en la pista que parece tener la maquinaria de un reloj suizo.

'Siempre agradezco a mi guía, a mi entrenadora Miriam Ferrer y a mi pueblo. Gracias a ellos soy quien soy', refirió quien se distingue por una sinceridad extrema.

Ahora toca descansar, pasar tiempo junto a su familia y recuperar fuerza para próximos empeños, porque el camino de esta extraordinaria deportista está lejos de tener final, restan sueños, agradecimientos y temporadas de imbatibilidad.