Salud mental e Internet: carretera de doble vía
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Mucho ya se ha escrito e investigado acerca de cómo influye en la salud mental el tiempo de permanencia frente a las pantallas, pero un estudio reciente ha ido más allá: a los impactos del contenido en los estados de ánimo.
La doctora Tali Sharot Tali Sharot, profesora de neurociencia cognitiva del University College de Londres y directora del Laboratorio del Cerebro Afectivo; junto a Christopher A. Kelly, también doctor en neurociencia cognitiva, profesor de la Universidad de Stanford, y estudioso de la intersección entre psicología y tecnología, publicaron en la prestigiosa Revista Nature los resultados de su indagación sobre este tema.
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Tomando como punto de partida que los humanos dedican una media de 6,5 horas diarias en línea, según refieren los autores, y gran parte de ese tiempo se concentra en la búsqueda de información –entendida como búsqueda activa de conocimiento-, desplegaron cuatro enjundiosos estudios que incluyeron análisis del contenido consultado por los internautas y concluyeron que “la información buscada refleja el estado mental y lo moldea, creando un bucle que puede perpetuar los problemas de salud mental”.
Podría explicarse lo anterior, de manera muy elemental, con el ejemplo de que pensamientos negativos pueden conducir a búsquedas de información también con signo negativo. Es así que quienes se encuentran deprimidos tienden a interactuar con sitios digitales y contenidos que perpetúan su estado.
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Se va construyendo así una especie de serpiente que se muerde la cola, porque mientras más información de ese corte buscan, más se deprimen; y mientras más se deprimen, aún más búsquedas de ese tipo realizan.
Constataron así que se establece una relación que es causal y bidireccional entre el tipo de información que se consume a partir de la navegación web autoguiada y la salud mental, lo cual, aseguran, “tendría implicaciones teóricas y prácticas sustanciales”.
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Los autores de la investigación examinaron a continuación si las personas elegirían acceder a información menos negativa si se les informara del posible impacto emocional del contenido de las páginas web. Y sus resultados mostraron que “proporcionar a las personas pistas sobre el valor de las páginas web las llevó a navegar por contenido menos negativo, lo que mejoró su estado de ánimo.
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“Estos resultados sugieren que una intervención sencilla (es decir, proporcionar etiquetas que informen con antelación a los usuarios sobre las propiedades afectivas de las páginas web a que desean acceder es eficaz para reducir la exposición a la información negativa y mejorar el estado de ánimo”.
Se trata entonces, propone estos estudiosos, de, con dicha herramienta, navegar por la web de manera informada con miras a proteger o mejorar el estado de ánimo y la salud mental.
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