Romney-Ryan: Cuba y sus tropezones hacia la Casa Blanca

Una vez más el tema Cuba es utilizado como moneda de cambio en Estados Unidos, ahora con motivo de los próximos comicios  generales de noviembre.

Funcionarios de la campaña del virtual candidato presidencial del Partido Republicano, Mitt Romney, salieron presurosos a desmentir este lunes que en su plataforma no se ataca a la isla.

Lo hicieron porque el diario Los Angeles Times dijo que la jefatura de su equipo orientó eliminar de ese documento las menciones relativas a la necesidad de sostener duras sanciones.

Su texto será presentado la próxima semana en la Convención Nacional del Partido Republicano, fijada para efectuarse en la  floridana ciudad de Tampa.

Voceros de la ultraderecha presentaron secciones de la plataforma que reiteran el bloqueo a los viajes hacia La Habana y al comercio con esta, bajo el pretexto de imponerle la democracia.

Ileana Ros-Lehtinen, jefa del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, subrayó que “Romney está comprometido a mantener el embargo contra el despótico régimen de los hermanos Castro.

Según El Nuevo Herald, la plataforma reafirma las condiciones norteamericanas para levantar el bloqueo, tales como sanciones comerciales, de viaje, financieras y  legalización de partidos políticos.

Ahora bien, todas esas reiteradas amenazas para catapultar hacia  Cuba ¿qué tipo de democracia? La proclaman Mitt Romney y su virtual candidato vicepresidencial, Paul Ryan.

De acuerdo a sus discursos, casi eliminarían  el programa de salud creado para las personas de más de 65 años de edad y los discapacitados, conocido como Medicare, y pasarían la seguridad social al sector privado.

Establecerían una cantidad de dinero fija a la asistencia médica de los adultos mayores y no se comprometerían con necesidades adicionales, o sea, que lo resuelvan por sus medios o por caridad.

También reducirían los vales de alimentación que se facilitan a ciudadanos muy pobres, sobre todo ahora en medio de una fuerte crisis económica nacional que ha intensificado el desempleo.

El virtual candidato a vice se opone a financiar la planificación familiar de empleados con filiación religiosa, pero no sugiere algo para aliviar la situación de millones de personas sin trabajo ni seguro médico.

También rechaza limitar las ventas de armas en comercios de Estados Unidos, a pesar de los múltiples casos del uso de estas para asesinar personas en escuelas, cines, calles y otros lugares.

Igualmente el segundo de Romney en su carrera como congresista se ha distinguido por sus planes para ejecutar severos recortes al presupuesto nacional mientras defendía bajar impuestos a los ricos.

The New York Times afirmó en un editorial el 13 de agosto último  que Romney eligió como segundo al mando a un hombre “que representa la opción política más extremista”.

Agregó, que a estos hombres los unen sus “problemáticos objetivos comunes”, más que “cualquier pequeña diferencia que eventualmente se desarrolle entre ellos”.

Observadores apuntan desde Washington que la alegría de la ultraderecha es evidente, como  demostró al hacerles donaciones por tres millones 500 000 dólares, horas después que Romney anunció a Ryan como su candidato a vice.

También opinan que el tramo final hasta noviembre será una batalla ideológica en torno al rol del gobierno, asunto que, vale recordarlo, en el pasado casi nunca ha sido favorable a los republicanos.

Son muchos los factores que deciden el resultado de unas elecciones en ese país, y ello impide anticipar las actuales.