Atletismo: Cinco cartas a final del Diamante y Doha en primer plano
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¿Qué Cuba posee una tradición fortísima en el campo y pista? Es cierto. También lo es el hecho de que varios atletas antillanos han acariciado la gema que se reserva como distinción a los ganadores de la Liga del Diamante.
Una competición en extremo exigente, heredera de la otrora Golden League (poseía seis confrontaciones), y que cuenta 14 mítines, contando los dos segmentos de finales en Zurich y Bruselas, diseminados por cuatro continentes a razón de 16 pruebas en cada sexo.
Sistema que prácticamente obliga a los mejores exponentes de cada una de las especialidades convocadas a diseñar una puesta en forma que los mantenga durante cuatro meses, (desde el 3 de mayo cuando se descorren las cortinas en Doha, Catar, hasta el 6 de septiembre cuando cae el telón en Bruselas Bélgica tomando en cuenta el calendario de este 2019).
Ante tamaña exigencia Cuba tiene el honor de que en las nueve ediciones previas de la Diamond League posee varios ases. En la edición pionera de 2010 se coronaron la triplista Yargeris Savigne (15.28 metros de marca personal), y la discóbola Yarelis Barrios (68.03).
Barrios repetiría al año siguiente, solo que esta vez acompañada por el vallista corto y titular olímpico, Dayron Robles (12.87segundos).
No volveríamos a acariciar la gloria hasta la campaña pasada, cuando la discóbola Yaimé Pérez, en estreno de sistema de puntuación para clasificar a la final y una vez en esta, borrón y cuenta nueva, desbancó a la fenomenal croata Sandra Perkovic.
Esplendor y el lucky five de la temporada 2019
El campo y pista cubano vive un franco proceso de transición generacional, pero una que tiene en el foco de atención a no pocos talentos, que sumados a varias figuras establecidas y otras que finalmente explotaron sus potencialidades nos han colocado nuevamente en la palestra de élite.
Por eso no resulta del todo sorprendente contar prácticamente con cinco exponentes clasificados a las finales de sus respectivos eventos en la actual campaña de la Liga del Diamante.
Sin renunciar a la caballerosidad, una virtud distintiva en cualquier hombre, comenzaremos por el saltador de longitud Juan Miguel Echevarría, pues es el único varón en nuestro listado de notoriedad suprema.
El camagüeyano de 21 años recién cumplidos comanda la clasificación de la longitud masculina gracias a 23 puntos. Determinantes en su acumulado, los primeros escaños conseguidos en las fases de Rabat y Lausana. Además, sin ese glamour de su campaña precedente (culminó al frente del listado anual con 8.68 metros) ha estabilizado registros sobre los 8.30, y de seguro ha dejado sus mejores performances para la definición del diamante y la cita del orbe en Doha.
El discípulo de Daniel Osorio con tope de 8.34 y en el recuerdo sus impresionantes 8.92 con viento no permisible de 3.3 m/s, cuenta además con marca de clasificación olímpica, y a sus espaldas se sitúan el estelar sudafricano Luvo Manyonga (18 unidades-8.37mts), y el jamaicano TajayGayle (17-8.32).
Toca adentrarnos en la especialidad que más alegría y poder tiene por la Mayor de las Antillas en este certamen. Hablamos de tres títulos repartidos y el sólido uno-dos que representan en esta ocasión Yaimé Pérez (23-69.39mts), y Denia Caballero (22-69.20mts). Al acecho, y sin descuidarla un ápice, la croata Perkovic (16-0)-68.58mts.
Lo he dicho en varias oportunidades y lo reitero. Cuando se hable de alta competición en la pértiga femenina, desde que comenzó a tejer su historia de grandeza en el Mundial y los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, siempre hay que dejar un casillero para Yarisley Silva.
Es cierto que no transita por una campaña dulce en materia de rendimientos, pero siempre se las ingenia para estar en la puja cuando, citando el argot popular: “la timba se cierra”.
La pinareña de 32 abriles se coronó (4.75 mts) recientemente en la cita multideportiva de Lima cuando nadie la daba como más seria aspirante al cetro.
En el duelo campal por acceder a la definición de la garrocha, se vislumbra asegurada, pues marcha tercera con 19 rayas. Le anteceden las estelares Katerina Stefanidi (32-4.83mts), y la estadounidense Sandi Morris (20-4.85).
Con toda intención hemos dejado al triple salto para el cierre. Una de las especialidades del deporte rey antillano con mayor poderío histórico y una escuela consolidada desde los tiempos de Lázaro Betancourt padre, Pedro Pérez Dueñas y compañía.
Ahora, desafiando varios postulados lógicos de la biomecánica, la pequeña Liadagmis Povea se ha convertido en una de las saltadoras más estables del año en curso. A sus 14.77 metros de registro personal, añade secuencias en las que apenas si comete un foul, y todos sus registros superan los respetables 14.40 metros.
Ya de hecho, todas las demás saltadoras de la élite, la miran con recelo. Marcha quinta con 13 puntos en el ranking del Diamante, pero parece enrumbar a la final.
Le anteceden la colombiana Catherine Ibargüen (19-14.89mts, y lamentablemente lesionada en la prueba de longitud correspondiente a los Panamericanos; la jamaicana Shanieka Ricketts (17-14.77); la impresionante venezolana Yulimar Rojas (15-15.11), y la también hija de la tierra del reggae Kimberly Williams (14-14.56).
Esa es la realidad, con nostalgia por algunas especialidades como el triple masculino, donde a Andy Díaz al parecer no le alcanzará para colarse entre los ocho agraciados; las vallas cortas varoniles; y la doble vuelta al óvalo para damas, esta última prueba sobre todo por la constancia, entrega y como consecuencias buenos dividendos alcanzados por Rose Mary Almanza.
Habrá que esperar amigos, eso sí, confieso que Zurich y Bruselas pudieran deparar más de una alegría para Cuba este 29 de agosto y el 6 de septiembre venideros.
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