La Colmenita tributa a grupo cubano Irakere como parte del Jazz Plaza

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La Colmenita tributa a grupo cubano Irakere como parte del Jazz Plaza
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Fecha de publicación: 
25 Enero 2025
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Las novedades de esta 40 edición del Jazz Plaza incluyen hoy el espectáculo Ricitos Valdés y los Tres Ositos en el bosque de Irakere, un tributo a la agrupación cubana de jazz que revolucionó el panorama sonoro latinoamericano.

No es la primera vez que La Colmenita, compañía de teatro infantil encargada de este homenaje, utiliza el clásico cuento Ricitos de Oro y los Tres Ositos, con fines similares.

Al comienzo, según explica Carlos Alberto Cremata, su director general, la puesta en escena solo incluía canciones, luego comenzaron las adaptaciones.

Fue así como surgió la obra dedicada a la Década Prodigiosa, después conmemoraron el cumpleaños del sello discográfico Egrem, con la música de grandes compositores de la mayor de las Antillas.

“En esta oportunidad, la dirección del festival se acercó a nosotros con el interés de inaugurarlo con algo infantil. Se nos ocurrió entonces retomar la estructura del cuento, muy dúctil y sabrosa. Ellos querían que fuera por el aniversario 51 de Irakere y nosotros, por supuesto, nos asustamos”, confesó.

Para significar la magnitud del encargo, Cremata evocó una entrevista que le realizaran a Chucho Valdés, Premio Nacional de la Música en 1998 y laureado en varias oportunidades en los Grammy Awards y en los Latin Grammy Awards, en Argentina.

“Él decía que desde el indio Hatuey la música más creativa e importante que se ha hecho en Cuba es la de Irakere. El grupo estuvo integrado por virtuosos en cada instrumento, pero en el ensamble nadie era superior. Tienen un mérito musical tremendo y un talento desmedido”, expresó.

Por eso, en su consideración, “es muy lindo que los niños ahora lo traten de revivir, porque es una música bien hecha, cubana y con una influencia muy grande del jazz y de lo afro”.

En este sentido, el acercamiento inicial entre La Colmenita y las sonoridades de Irakere fue con las canciones más afines a los niños, entre ellas, Los caramelos, Rucu rucu a Santa Clara y Bacalao con pan, esta última “todo un himno”.

“Lo primero fue que gozaran. Les pusimos canciones del popurrí, Dile a Catalina, Aguanile y A romper el coco. Dividimos a los niños en dos equipos para improvisar, bailar e inventar una coreografía. Pudimos darnos cuenta que esa música sigue en las venas de los cubanos, lo que hace falta es revivirla”, aseguró.

En su opinión, con este espectáculo —previsto este sábado y domingo en el capitalino teatro Karl Marx— lograrán llegar al alma infantil y a la familia cubana.

“Los niños pueden tocar la base, porque ellos no son músicos de academia, es difícil que improvisen con todas esas maravillas, por eso, vamos a invitar a artistas que pertenecieron al grupo y son ellos quienes nos van a ayudar con las partes más altas”, reconoció el pedagogo.

De acuerdo con Cremata, Ricitos de Oro es una obra que dominan, pues la han realizado muchas veces, solo resta adaptar algunos parlamentos. Por ejemplo, en esta oportunidad, mamá Osa se llama Xiomara Mayoral, en alusión al guaguancó homónimo.

Respecto al acierto de unir en escena a La Colmenita con la impronta y vitalidad de Irakere, refirió que “siempre esta obra nos ha funcionado, conecta con el público, ahora que los niños jueguen a Irakere y crezcan con esos valores musicales elevados, ya lo hemos hecho con Silvio Rodríguez, Adalberto Álvarez y con Van Van”.

Por su parte, René Baños, director musical de la compañía infantil, subrayó, en primer lugar, que ese grupo además de ser una banda de estrellas, tanto los primeros como los que continuaron después, “tiene un efecto muy explosivo en el espectador”.

Sumado al “virtuosismo, la maestría de la composición y de los arreglos, Chucho trabajó en el teatro musical, conoce la relación entre la música y la puesta en escena y la dramaturgia de esa manifestación; toda esa mezcla tan bien equilibrada y materializada de manera efectiva, define mucho a Irakere”.

Precisamente, el objetivo de este montaje es “crear el mismo efecto de esa banda, pero con instrumentos tocados por niños que no pasan de los 18 años de edad; algunos ni siquiera son estudiantes de música, otros sí, porque vamos a reforzar un poco los metales”.

“Los integrantes de La Colmenita son muy entusiastas artísticamente, cualquier tarea o reto, lo asumen con tremenda emoción, dedicación e ímpetu. Entre ellos mismos se retan para ver quién lo hace mejor y compiten, pero de una manera muy sana. Si bien vamos a tener invitados, el plato fuerte es la interpretación de los niños”, concluyó.

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