Quincy Jones derrotó prejuicios desde la música
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Desde niño, el ahora eminente productor musical tuvo el deseo de escribir temas para las películas, sin embargo, solo pudo lograrlo después de los 30 años de edad porque no se admitía a compositores negros incursionar en el séptimo arte.
Cuando había alcanzado cierto reconocimiento con su propia big band y lo llamaron de los estudios Universal para invitarle a hacer una banda sonora, el productor desconocía su raza. Al percatarse de ella, dudó de la capacidad del músico por una inexplicable razón, un absurdo: no había negros en el filme.
El trabajo de Jones echó por tierra todos los prejuicios, se convirtió en el primer artista afroamericano en componer para el cine, escribió la música de más de 30 producciones cinematográficas y ha estado nominado al Oscar en varias ocasiones por Banning, A sangre fría, Un hombre para Ivy y The Wiz.
Además, recibió tres nominaciones al prestigioso lauro por la banda sonora de El color púrpura, una cinta dirigida por Steven Spielberg en 1985, sobre la novela homónima de Alice Walker, ganadora del Premio Pulitzer.
Componer para el cine exige unificar corazón y cerebro, atestiguó el músico durante la presentación de un documental sobre el jazz en el Hotel Nacional de Cuba, sentado al lado de dos prestigiosos exponentes de ese género en el mundo: su coterráneo Herbie Hancock y el cubano Chucho Valdés.
Según Jones, él fue testigo del rodaje de El color púrpura a lo largo de 11 meses, de ahí su gran amistad con Spielberg, de quien dice haber aprendido mucho.
En ocasiones, le pedía que apagara el sonido para apreciar mejor los colores de las escenas, relató.
A su criterio, tenacidad y decisión son cruciales a la hora de componer para que la gente sienta, vea lo que escucha y escuche lo que vea, porque si una película no está en correspondencia con el audio se produce un vacío muy grave.
Jones distinguió entre la música creada para escenas en interiores y la hecha para exteriores, a la cual se le confiere mayor potencia. A la vez, insistió en que el sonido debe sentirse orgánico todo el tiempo.
El productor de los álbumes más exitosos de Michael Jackson (Off the Wall, Thriller y Bad) recién asistió al concierto brindado en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, para celebrar el Día Internacional del Jazz 2017, pues la Unesco escogió a Cuba como sede central de los festejos este año.
Otro trabajo que lo inmortaliza es el de productor de la canción We Are the World (Somos el mundo), escrita por Jackson y Lionel Richie en 1985, y grabada por tremendo grupo de músicos famosos, reunidos especialmente para aquel único momento.
La invitación a cada uno para participar en el proyecto la escribió el propio Quincy y les advertía que 'dejasen su ego en la puerta'. Algunos músicos la ignoraron, un total de 45 respondieron a la convocatoria, y el tema conquistó al mundo y dos Grammy: Canción del año y Disco del año.
Por su extraordinaria carrera, Jones recibió el Grammy Legend Award, el Premio Kennedy, la Medalla Nacional de las Artes, el codiciado premio Polar Music de la Real Academia Sueca y la Legión de Honor de Francia.
Entre sus incontables méritos, sobresalen la producción del último álbum de Frank Sinatra con temas originales, no recopilatorio, así como el regreso a las tablas de la legendaria Lena Horne en 1980.
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