Venezuela: La lucha en varios frentes
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Ahora es el gobierno de Mauricio Macri el que, en nombre de Argentina, encabeza el nuevo intento por expulsar a Venezuela del Mercado Común Suramericano (Mercosur), alegando las mismas fruslerías reaccionarias que Luis Almagro esgrimió en la Organización de Estados Americanos (OEA) para, nada más y nada menos, aplicar la Carta Interamericana y tener las manos sueltas, incluso en una agresión militar.
El pecado aparente de Caracas es el de haber castigado a una Asamblea Nacional (AN) controlada por la oposición que trataba de dar al traste con cada propuesta oficial de beneficio al pueblo, tratando de mantener el espíritu revanchista y golpista de la campaña contrarrevolucionaria que busca regresar al pasado y echar abajo las medidas revolucionarias que tanto preocupan a Estados Unidos.
Y es que luego del triunfo de la Revolución Cubana, los intentos en ese sentido se hicieron comunes en algunos lugares de nuestra América, por lo que cualquier logro de Venezuela puede ser un escollo para el control imperial de su “patio trasero”.
Se quiere ignorar que Venezuela cuenta con los mecanismos para resolver situaciones internas en apego a la soberanía. En este sentido, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) corrigió las sentencias 155 y 156, referidas a la inmunidad parlamentaria y las funciones de la Asamblea Nacional, en condición de desacato, tras el exhorto del Consejo de Defensa de la Nación, que celebró el pasado viernes una reunión en el Palacio de Miraflores, Caracas.
En horas del mediodía de este sábado, el presidente del TSJ, magistrado Maikel Moreno, en rueda de prensa, señaló que toda decisión emanada de este tribunal de la República será en beneficio de la paz, la tranquilidad y la democracia del país, y es esta instancia el máximo y último intérprete de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
“Las decisiones dictadas en resguardo del orden constitucional implican la adopción de medidas destinadas a garantizar el funcionamiento eficaz de la institucionalidad democrática del Estado venezolano y la protección del pueblo soberano, lo cual no puede verse afectado o alterado en ningún caso”.
La decisión del TSJ se produce con el claro propósito de preservar la institucionalidad democrática, ante la condición de desacato de la AN, luego que juramentara a tres diputados opositores, electos fraudulentamente por el estado de Amazonas, desconociendo dos sentencias de la Sala Electoral.
Esta cuestión relacionada con una AN que se niega a acatar las decisiones oficiales, entre otras cuestiones, es el arma más reciente para el tinglado contrarrevolucionario montado por Almagro en la OEA, que no logró condenar a Venezuela por no tener la mayoría necesaria, pero fue un escenario propicio para conocer abiertamente quiénes apoyan el complot imperialista.
Quizás no resulte tan llamativo que Honduras, Guatemala y Paraguay asumieran una postura antivenezolana, pero sí, por ejemplo, la de México, que durante toda su historia, bajo cualquier gobierno, ha esgrimido con justeza la no intromisión en los asuntos internos de otras naciones.
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