Omara Durand: Pinchos sin límites y Cristo Redentor estupefacto

Omara Durand: Pinchos sin límites y Cristo Redentor estupefacto
Fecha de publicación: 
16 Septiembre 2016
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He sido testigo de su crecimiento como atleta y como persona. Le ha abierto los brazos a la vida y se ha burlado de su discapacidad visual. Y es que Omara Durand destila luz, además del humo que sale de sus pinchos cada vez que encara la pista.

Habla de su hija Erika con una emoción incontenible, con la sonrisa asomada en su rostro. Piensa en ella a cada instante. En ocasiones, me cuesta pensar que Omara, hace poco más de un año no necesitaba de guía para devorar distancias en la categoría T-12, débil visual. Lamentablemente su padecimiento se fue agudizando y tuvo que precisar de uno, específicamente Yuniol Kindelán.

Recuerdo que al principio no coordinaban en lo absoluto, Omara y su entrenadora Miriam Ferrer temían al cambio, las sesiones se tornaban una carrera de 400 con vallas… hasta que el talento y la voluntad nuevamente se vistieron de recordistas.

Toronto, Doha y ahora Río, han atestiguado su velocidad vertiginosa, el Cristo anda boquiabierto mirando de un lado a otro del estadio Joao Havelange cada vez que encara el bloque de arrancada.

Un ejemplo sencillo: la cienfueguera Arialis Gandulla, nuestra mejor sprinter convencional atesora de registros cimeros 11.30 segundos en el hectómetro, y 23.08 en los 200. Mientras, Omara exhibe 11.40, y 23.03 en esos mismos trazados. Su última “fugaz” incursión sucedió en la vuelta al óvalo, estreno marcado por su quinto tope en la cita, impresionantes 52.90 segundos. Por cierto, los récords nacionales absolutos cubanos en las tres distancias están fijados en 11.10 de Liliana Allen; 22.68 de Roxana Díaz, y los prácticamente inalcanzables 49.61 de Ana Fidelia Quirot.

De vuelta a la indómita Durand, verla nuevamente cruzar la meta y aplaudir, y con esa misma rapidez contestar mis interrogantes vía Facebook, son imágenes que siempre estarán tatuadas en mi lado izquierdo, en la bitácora del orgullo nacional: “Siempre intento conectarme para hablar con mi esposo (el otrora martillista convencional Noleysis Bicet), saber de mi pequeña Erika, no ha pasado un día, desde que partimos hacia la base de entrenamiento de casi dos meses en México, que no sepa de ella, o escuche su voz. Es mi bujía principal.

¡Felicidades nuevamente estelar! ¡Eres una fuera de serie recordista! ¿Me evalúas la carrera?

“Fue una carrera muy buena desde la arrancada, pareja, Yuniol y yo hemos ganado muchísimo en la coordinación durante el transcurso de estos Juegos. Cada carrera tiene un poco más de nivel que la anterior”.

Háblame de las curvas, el braceo, conjugarlo con el paso…

“Esa coordinación ha sido fundamental en la mejoría de los tiempos. Tanto en la recta como en las curvas hemos sincronizado el paso y el braceo, no ha habido ningún tipo de tensión o desajuste, como ha sucedido con algunas de mis rivales que han sido descalificadas. Yo intento poner mi ritmo, Yuniol era corredor de 400 metros, y la preparación de ambos bajo la guía de Miriam ha sido muy fuerte, con exigencia total”.

Una recta final sumamente intensa, base de entrenamiento en la altura mexicana, sesiones de rigor en el Estadio Panamericano, Río y tres pruebas… ¿Nostálgica? ¿Cuánto ha significado el apoyo de la profe Miriam?

“Extraño mucho a mi familia, en especial a mi hija. Noleysis me dice que ya está notando mi ausencia, que pregunta más seguido por mí. Eso me llena, me da fuerzas, pues a medida que se suceden las carreras el cansancio aumenta. Pero nada, ya queda menos para finalizar lo que me toca en este instante. Quisiera hacerlo de la mejor manera posible y regresar a disfrutar de mi familia luego, con el prestigio de Cuba, de mi compañera Yunidis Castillo, y de nuestro deporte revolucionario bien fuerte. 

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“La profe es como mi segunda madre. Entrenamos juntas desde el 2007, cuando ingresé en la preselección Nacional. Siempre hubo mucha química entre nosotros sus alumnos y ella. Está súper contenta y ha llorado en más de una ocasión”.

En lo personal, ¿realizada por el hecho de ser una de las mejores atletas paralímpicas?

“Realizada, súper emocionada, satisfecha, feliz… No sé cómo describirlo pero es un estado de ánimo único e irrepetible”.

Tienes alguna fórmula en Río, ¿entrenas o solo te dedicas a realizar un calentamiento fuerte y correr?

“Hay algunas cosas que no quisiera decir, son secretos de guerra, pero te los diré. Eso depende de los días que tenga entre una competencia y la otra. Específicamente ahora en Río solo me he dedicado a correr. Entre carreras no hacemos un descanso absoluto, pero tampoco entrenamos tanto. Por ejemplo, descansaré. Hoy viernes solo me toca un calentamiento activo, para estar lista y fresca para enfrentar la final de mañana sábado. En lo personal nunca subestimo a mis rivales, por eso intento prepararme lo mejor posible, para vencer a las contrarias, y si se puede al cronómetro”.

¿La Ciudad Maravillosa?

“Te soy sincera, Conozco Río porque hemos estado acá, compitiendo en varias oportunidades. Los mítines Loterías-Caixa tienen mucho prestigio y vienen varias de las mejores corredoras del mundo cada año. Sé que es una ciudad muy bonita, me siento muy a gusto acá, pero ahora realmente solo estoy concentrada en mi competencia y te confieso que no he salido de la Villa ni un momento. El enfoque es fundamental, una psiquis fuerte acompaña a unas piernas rápidas”.

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Y de qué manera ha logrado conjugar ambos elementos. Ya nadie recuerda su estreno y los sinsabores producto de una contractura muscular en Beijing 2008. Precisamente por eso, como si de reaccionar ante el disparo del starter se tratase, Omara dedicó su título de los 200 metros a su coterránea Yunidis Castillo.

Contrario a esta, Omara concentra sus mayores potencialidades en el segundo segmento de carrera y los remates. En el argot popular es petrolera, a medida que va calentando...

Y de calentar las pistas va este cierre, pues en el fotofinish de estas líneas, el bólido Leinier Savón, igualmente de la clase T-12, honró su condición de favorito del hectómetro y se tituló con crono de 10.97 segundos. Final cerrada, pues el sudadfricano Jonathan Ntutu (11.09) le pisó los talones. Tanto como el dios Cronos a este periodista, que se lanzó sobre el estambre y la guagua rumbo a casa, al encuentro de su pequeño Benjamín Enzo que viene en camino. Desde hace buen tiempo, todo gira en torno a él. Qusiera realizar 10 flatt en la carrera de la paternidad y su buena educación.

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