El estadio Victoria de Girón, de esta ciudad, atestiguó el ascenso de los decibeles producido por los toques de tambor y trompeta, mezclados con coros pegajosos que motivaban al más ecuánime de los aficionados y que esta noche en el Capitán San Luis volverán "a la carga".

Más allá de la orquesta que ejecute, la fanaticada disfruta el goce de un sonido retumbante, baila como si del movimiento dependiera el triunfo de su conjunto favorito, e improvisa las frases para acompañar la melodía.

Miguel Ángel Drake, director de la Comparsa de la Juventud, dijo en declaraciones a la ACN que no se concibe un estadio sin conga, los espectáculos de postemporada en nuestro pasatiempo nacional están indisolublemente unidos a este tipo de agrupaciones.

Nuestra motivación para tocar durante nueve innings es ver a la gente feliz, muchas veces el resultado de un juego no satisface a determinado público, sin embargo, pasan un rato entretenido con nosotros, agregó Drake.

La Comparsa de la Juventud, fundada en Matanzas hace más de 40 años, promueve en su música lo más tradicional de nuestra cultura popular y se imbrica con el folklor afrocubano.

Por la otra banda del parque beisbolero, Joan Ortega, al frente de la Conga del Tsunami, refirió que los músicos de ese grupo apoyan desde hace 20 años al conjunto de Pinar del Río, al cual pronostican campeón de la presente serie cubana.

Las congas forman parte desde hace décadas del mayor espectáculo deportivo en Cuba y, pese a regulaciones en los últimos tiempos que atenúan su protagonismo, continúan en la preferencia de los fanáticos que acuden a los partidos de pelota.

Esta noche en Pinar del Río, en el tercer partido entre Cocodrilos y Vegueros la noche volverá a adornarse a ritmo de los tambores, aunque el terreno diga la última palabra.