¿Más flores, menos hombres?

¿Más flores, menos hombres?
Fecha de publicación: 
7 Enero 2016
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Detrás de los estampados floreados que se han puesto tan de moda hay mucha tela por donde cortar, no solo para hacer shorts y camisetas, también para evaluar por dónde andan ciertos temas como la masculinidad y el machismo en la mente de los cubanos...

Muchos cubanos y cubanas, sea cual sea la generación a la que pertenecen y comulguen o no con la moda, reconocen que el tema no es la masculinidad, sino los gustos cuando de vestirse con esos floreados que pululan se trata. CubaSí anduvo preguntando; no faltó quien votara absolutamente en contra de seguir «semejantes» tendencias, y también abundaron los matices relacionados con la edad, la ocasión o el horario en que se llevan estas prendas.

 

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camisa flores

José, un médico que no llega a los 30, me aseguró: «yo tengo tres shorts de flores, uno es mi trusa para la playa, realmente los uso más bien para eso, particularmente no me gustan como ropa del diario, pero no veo mal que los muchachos usen ese estampado ni creo que tenga nada que ver con su orientación sexual, es simplemente una moda».

Mientras a la joven gastronómica Marlan este vestuario le parece «divino», su contemporáneo Eulalio, enfermero, es radical: desde que yo tengo uso de razón, la ropa de flores la usan las mujeres; para la playa puede ser, pero para salir a otros lugares, no me parece; hombre que piense que es hombre, usa ropa normal; eso de florecitas es para las mujeres…

Hay una salvedad, no obstante, en la aprobación de Marlan: «depende del tipo de hombre, no tiene nada que ver con que sea femenino, pero hay que tener un cuerpo para ponérselos, a los jovencitos les queda muy bien».

 

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En apoyo a su colega Eulalio, Yanaika opinó: «las cosas han cambiado mucho, ¿quién dijo que los hombres tienen que sacarse las cejas y vestirse de flores y rosados como andan ahora? El hombre se viste de camisa y pantalón de vestir y yo no soy una vieja, pero hace unos años atrás eso no se veía tanto como ahora…»

Enseguida intervino Thais, otra enfermera del Instituto de Cirugía Cardiovascular, quien puso punto medio sobre la mesa: «yo no estoy en contra de nada, cada uno tiene su gusto, pero a mí me gustaría que los hombres usaran ese tipo de ropa con flores para la playa, por ejemplo, no porque crea que los haga menos masculinos, es que me parece un vestuario informal, no se relaciona con que sean más o menos machos. Mira, un hombre con un buen pantalón de vestir y una camisa rosadita color entero, me encanta, esa es mi opinión y tengo 19 años».

A los 24, Raulito, también del equipo del Cardiovascular, considera: «creo que esa moda viene de los países europeos y tal vez de Miami. A mí sí me gusta, creo que le da un toque sexy a los hombres, hay que pensar que la moda va evolucionando y todo va acorde con la edad, los gustos y los lugares. Yo me pondría ese tipo de ropa para una discoteca, para un lugar sport, pero para una boda no, por ejemplo».

Jorgito es un muchacho de 30 que vive para su cuerpo, lo encontré en la calle con su shorcito pequeñito y floreado y sin dudarlo, defendió el derecho que ha conquistado con tanto sudor: «yo he hecho muchos ejercicios para tener estos muslos y estas piernas, así que los puedo enseñar; además, es cómodo, hace mucho calor en Cuba».

Su esposa Sue no es que lo prefiera llevando esa moda y hasta deja escapar alguna broma al respecto, sin embargo, afirma: «le tiene que gustar sobre todo a él, yo se lo respeto porque es su elección y, en definitiva, es la moda».

Mi amiga Patricia tiene 33, pero se cree de 28; ella y su esposo coinciden en que la cosa no va por la masculinidad, sino por la edad, la figura y la ocasión. El resumen de la opinión a dos voces viene siendo: si eres muy joven (asumo que ahí se incluyen los de menos de 28), puedes usarlos corticos y estrechos, incluso con el tiro evidentemente de mujer; ya cuando los «ta» se acercan, mereces unos al estilo «short pan» y solo para playa, piscina, campismo.

Para ellos, lo inadmisible parece ser irrespetar determinados espacios serios o formales con una moda que «no sabemos de dónde viene ahora, pero toda la vida las camisas, camisetas, blusas, en general, ese estampado de flores, fue un estilo hawaiano, lo cual  es como decir de vacaciones playeras».

Concluyente, una señora de 49 años opinó en medio del debate con el grupo de enfermeros, y con toda su experiencia sentenció: «es la moda, es lo que se usa ahora, viene de Europa, es un estilo a nivel mundial el uso de las flores y no significa que sean homosexuales ni nada de eso, es la moda y punto».

Efectivamente, tanto la moda como el prejuicio exceden las fronteras de esta islita.

Un sitio colombiano en internet publicó en un artículo sobre esta tendencia de la moda: «a nuestras calles les hace falta una buena dosis de actitud y estilo masculino, por eso es que los hombres de estas latitudes son tan cuadriculados, aburridos y repetitivos en su vestir (…) incluso hay meros machos que creen, los conozco, que “vestirse bien”, dedicarle tiempo a pensar qué ponerse, o utilizar cierto tipo de prendas o combinarlas de cierta forma, no es cosa de hombres. Un pensamiento demasiado obtuso».

Pero como dicen por ahí, entre gustos no hay disgustos, no se trata de que a todos deba gustarles los estampados florales, pero está bueno dejar de lado los prejuicios que los cohíben a la hora de vestir, y más ahora que el boom floral sigue invadiendo las prendas masculinas. Y no, señores, no solo florecen en las guayaberas, ni en la ropa de verano, sino en todas las prendas, de pies a cabezas, para todas las estaciones y climas, gracias a diseñadores y marcas que apuestan a demostrar que los adornos botánicos son una forma fresca y moderna de renovar el estilo masculino. Esta tendencia incluye pantalones, abrigos, sastres y hasta zapatos, que van a hacer que más de una voltee a mirar si los porta sin miedo y con actitud».

Al final de tanto preguntar, quedaron varias ideas rondando: las flores han tenido muy buena pegada y preocupan menos que los prejuicios, sobre todo porque la tendencia «unisex» de la moda va mucho más allá de los estampados, y la masculinidad depende de valores bastante más profundos y constantes que esas efímeras tendencias.

Es cierto que los límites visibles entre lo masculino y lo femenino se difuminan, pero resulta más grave que desaparezca el sentido común, ese que te indica desde qué prenda llevar cuándo hasta otras elecciones realmente trascendentales. Y quizás lo más peligroso sea que con flores o sin ellas nos gane la superficialidad…

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