Atletismo cubano en el 2015: Lecciones para preservar el prestigio

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Atletismo cubano en el 2015: Lecciones para preservar el prestigio
Fecha de publicación: 
2 Diciembre 2015
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Después de cuatro años regresar a lo más alto del podio en un Mundial de Atletismo, siempre deja una imagen grata, máxime tratándose de una disciplina con tanto prestigio. Justamente en el año del 110 aniversario de su práctica en Cuba.

 

Claro, que lo acontecido en el Nido de Pájaro de Beijing, sede de la cita del orbe, o más bien los rendimientos de la pertiguista Yarisley Silva (oro-4.90 metros), las discóbolas Denia Caballero (oro-69.28) y Yaimé Pérez (cuarta-65.46), y el relevo 4x400 masculino (séptimo-3:03.05), únicos capaces de cumplir con los criterios de efectividad  e insertarse en las finales de sus respectivas pruebas.

 

Los rendimientos antes mencionados no enmascaran, al igual que en los Juegos Panamericanos de Toronto, la falta de efectividad de muchas de nuestras cartas de triunfo, —entiéndase homologar sus mejores registros o aproximarse lo más posibles a ellos en el evento fundamental—, un fantasma que en más de una ocasión nos ha acechado.

 

Tampoco es como para ponerse la soga al cuello, pues al decir de Daniel Osorio, Jefe técnico de la disciplina, y constatado en el botín alcanzado por cadetes y juveniles en el Mundial y el Panamericano de dichas categorías, respectivamente, la cantera futura inmediata está asegurada.

 

En mi visita número… 600 al Estadio Panamericano lo sorprendí chequeando la sesión de entrenamiento de los discóbolos Denia Caballero, Jorge Fernández, Rosalía Vázquez y ángel Ernesto Samper, discípulos de Raúl Calderón, y accedió a darme algunas valoraciones sobre el año que culminó:

 

“El 2015 fue un año bueno, retornamos a la ruta del oro en el Mundial de Beijing, —en definitiva nuestra legión de 34 exponentes se ubicó en el décimo puesto del medallero y en el escaño 12 de la tabla de puntuación con 30 unidades— aunque ciertamente tanto ahí como en Toronto no se materializaron los mejores rendimientos, debido a que falló la efectividad”.

“Un ejemplo sencillo: si en Beijing hubiésemos homologado marcas en ese entorno hubiésemos redondeado 15 finalistas y recalado entre la decena de naciones de vanguardia. Todo lo contrario sucedió en la justa universal de cadetes, donde de 16 representantes, 13 se colaron en las definiciones de sus respectivos eventos”, ahondó Osorio.

 

Acumulado de 51 rayas y la novena plaza del medallero con dos oros y dos bronces refrendan los enunciados de Osorio, a la vez que da fe de las potencialidades del relevo que tiene como fortaleza el entrenar de manera conjunta con las figuras élite, aunque esto pudiera convertirse en un arma de doble filo sino se planifica detalladamente el sistema de entrenamiento individual en cada caso.

 
“Preservamos el poderío en las áreas históricamente fuertes como los saltos, los lanzamientos y las vallas, además de que la velocidad, a la cual por años se le ha cuestionado la ausencia de resultados, tuvo un resurgir. Sucede que los mejores a nivel mundial están en otra dimensión. Sin embargo, en Toronto y a tenor con los propósitos competitivos y los registros logrados, esa fue el área de mejor rendimiento. Casi todos los velocistas mejoraron o emularos sus mejores cotas personales”.

 

Como ejemplos puntuales baste señalar los 20.02 segundos de Roberto Skyers, los 23.08 de Arialis Gandulla, ambos en el doble hectómetro del estadio de York en la nación de la hoja de Maple, y los 10.17 con cetro incluido de Reynier Mena en el panamericano juvenil.

 

A propósito de esa justa, la jabalinista Yulenmis Aguilar estableció récord del orbe de 63.86 metros en el Foote Field de Edmonton, en propio suelo canadiense, además de otros rendimientos notorios.

 

Justamente Osorio argumentó al referirse a los principales compromisos competitivos del crucial 2016: “Habrá tres momentos fundamentales y hacia ellos hemos dirigido las estructuras de preparación. Lógicamente los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en agosto constituyen la competencia fundamental, a la cual sumaremos el Mundial Juvenil, termómetro de seguimiento al relevo atlético y con sede aún por definir tras retirársele a la urbe rusa de Kazán, y el Mundial Bajo techo de Portland, Estados Unidos (17-20 marzo) escenario en el cual una reducida comitiva podrá modelar su forma al cierre de la primera etapa”.

 

Luego iniciará el periplo de verano en Mayo, el cual abarcará el circuito de mítines y Grand Prix del Caribe y Sudamérica, además de la rigurosa Liga de Diamante.

 

De hecho, hay un grupo de atletas juveniles que por sus perspectivas inmediatas y marcas no deben de ser descartados de cara al magno evento multideportivo de la ciudad Maravillosa: son los casos del triplista Lázaro Martínez, los saltadores de longitud Maykel Massó y Juan Miguel Hechevarría, el vallista corto Roger Valentín Iribarne, y la cuatrocentista Roxana Gómez, quienes de seguro se convertirán en las bujías antillanas en la cita universal juvenil.

 

Panorama atlético del 2015 y punto de partida para intensificar el trabajo y buscar nuevas conquistas. El 2016 será una acuarela indiscutible de tiempos y marcas.

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