Grecia vive jornada de huelga general
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Grecia vivía este martes una huelga general contra las nuevas medidas de austeridad reclamadas por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para desbloquear un acuerdo que evite la quiebra del país en marzo.
Bajo una lluvia fina, miles de huelguistas y manifestantes se reunieron a mediodía frente al Parlamento, convocados por los dos principales sindicatos del país, constató una periodista de la AFP.
Luciendo carteles en los que se leían lemas como "no a los despidos en la función pública", "no a la reducción del salario mínimo" y "no a los recortes de las pensiones complementarias", los manifestantes resumieron sus objeciones a las nuevas reformas exigidas por la UE y el FMI a cambio de un segundo plan de rescate de 130.000 millones de euros, aún en plena negociación.
La huelga afectaba la actividad de escuelas, ministerios, bancos y hospitales. Los barcos preveían permanecer amarrados 24 horas y tampoco se prevé un servicio de trenes. Sin embargo, no estaba prevista la anulación de ningún vuelo, ya que los controladores aéreos no participaban en el paro.
Los sindicatos protestan por las últimas medidas que piden la UE y el FMI, a saber, una reducción del salario mínimo, nuevos recortes en las jubilaciones y el despido de 15.000 funcionarios.
El tiempo apremia para Grecia, porque en marzo tiene un vencimiento de deuda de 14.500 millones de euros que no podrá cumplir sin asistencia exterior.
En este clima de presión, el primer ministro, Lucas Papademos, tuvo una larga reunión el lunes con los representantes de los acreedores institucionales del país (UE, FMI, Banco Central Europeo) para negociar las nuevas medidas de rigor. El problema es que las nuevas exigencias suscitan fuertes reticencias entre los tres partidos de gobierno (socialistas, conservadores y ultraderecha) poco antes de unas elecciones legislativas que podrían celebrarse en abril.
Tras una reunión en vano el domingo, Papademos volverá a reunirse este martes por la tarde con los líderes de los tres partidos de gobierno para intentar convencerlos de que aprueben las medidas exigidas por los acreedores.
El trío UE-FMI-BCE exige el compromiso explícito con el programa de ajustes por parte de los jefes de los tres partidos, antes de conceder a Grecia el segundo plan de rescate, que sucede a un primer plan de 110.000 millones de euros aplicado desde mayo de 2010 a cambio de numerosas medidas de rigor (recortes salariales, aumentos de impuestos, etc).
Ante las dudas de los líderes políticos, el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, criticó el lunes la "falta de unidad" de los partidos de la coalición gubernamental, mientras el país afronta una "negociación crítica" y se acerca "al riesgo de un default" el próximo mes.
La aceptación del programa de ajuste permitirá además validar otro acuerdo con los acreedores privados, que aceptarán una quita de hasta el 70% de sus carteras de deuda griega para eliminar unos 100.000 millones de ésta y reducirla a niveles más sostenibles.
Durante estas negociaciones, las presiones de los acreedores sobre Grecia no han cejado. La canciller alemana, Angela Merkel, apoyada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el jefe del foro de ministros de Economía de la Eurozona, Jean-Claude Juncker, propuso crear una cuenta bloqueada para garantizar el buen uso de los fondos europeos concedidos a Grecia.
Por su lado, la comisaria europea de Agenda Digital, Neelie Kroes, restó gravedad a una eventual salida de Grecia de la zona euro, diciendo que no sería "ningún drama".
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