En los torneos individuales y por equipos, las cubanas ganaron ocho medallas de oro y una de plata, actuación casi perfecta, donde sobresalió la corona de Maricet Espinosa, de los 63 kilogramos, pues combatió durante todo el torneo lesionada.

Al respecto, Veitía explicó que Espinosa se lastimó el codo derecho, lo cual deberá solucionarse en Cuba con una intervención quirúrgica.

Lloró mucho, pero se trabajó sicológicamente con ella, conocedora de que no podría integrar el plantel en el evento por equipos, apuntó el entrenador, quien agregó que eso demuestra el valor y coraje de las judocas cubanas.

Por eso, la estrategia prevista cambió, tuvimos que pasar a la atleta de los 44 kilos para los 52, la de 52 llevarla a los 57, la de 57 a 63, y la de 63 a los 70.

Solo lo hicieron en sus respectivos pesos, las de 78 y más de 78, destacó.

Vinimos a ganar los Juegos, al igual que lo hicimos en Cartagena de Indias 2006, y cumplimos, reiteró.

Este año ha sido bueno, con el éxito colectivo en el campeonato panamericano y el segundo puesto en el mundial; esperamos cumplir también el objetivo propuesto para el Grand Slam de Tokio, donde estaremos invitados con cinco atletas.

Asistiremos en busca de un mejor puesto en el ranking del orbe, ellas están bien, pero necesitan mejorar con vistas a la clasificación para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, dijo.

También tenemos en mente los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, donde esperamos conquistar el primer lugar, expresó.