Planeta Planetario, el universo de Diana Fuentes (+ FOTOS)

Fotos: CubaSí

Todos tenemos un universo particular, un pedacito del mundo que hacemos propio. Somos de La Tierra, hasta ahora el único planeta en el que existe vida; y a pesar de que lo compartimos con miles de millones de terrícolas cada uno de nosotros ha logrado encontrar una dimensión individual, un hangar personal en el que habitan nuestros sueños.

Para Diana Fuentes ese lugar se llama “Planeta Planetario”, su más reciente producción discográfica, que vio la luz con Sony Music Latin y circulará en Cuba licenciado por la EGREM.

Son 14 tracks y en ellos se resume el sentir de Diana, una joven y talentosa cantante cubana que vive en una isla cercana: Puerto Rico. Este es el resultado de dos años de trabajo, comentó la artista, quien manifestó la alegría de haber logrado traer este disco a los cubanos.

“Planeta Planetario” parte de la necesidad de hacer nuevas canciones, contar nuevas experiencias, dijo Diana. “Lo hice en una etapa muy difícil, viviendo la separación y la distancia de mi familia cubana ya que yo había decidido hacer mi familia en Puerto Rico”.

Fue precisamente otro músico Eduardo Cabra (Visitante de Calle 13), con quien Diana formó su hogar. A él, que además es el productor dedicó el álbum y lo calificó como un disco de amor, puesto que es el amor lo que la inspira a todo en su vida, confesó.

Ante la interrogante de cómo la artista conjugó el papel de esposa y cantante durante la grabación, ambos concluyeron que, si bien es complicado trabajar en pareja, esto fue un aprendizaje, una excusa para conocerse mejor en otras facetas y “todo fluyó brutalmente bien”.

“Planeta Planetario”, musicalmente hablando, es un álbum más arriesgado que el de su debut (“Amargo, pero dulce”), pues además del pop, que es la especialidad de Diana, este tiene de conga santiaguera, bolero funk, danzón jamaiquino…

Cuando damos play al reproductor y comienza a correr el disco creemos reconocer a la Diana de “Amargo, pero dulce”, y sí, ahí está esa jovencita que supo batirse sola sobre el escenario del Mella para presentar su primer álbum. Ahí escuchamos a la muchacha que cantó durante años con Síntesis, con Carlos Varela o con tantos otros jóvenes músicos cubanos. Pero también hay mucho más que eso, hay una Diana nueva, más madura como intérprete.

Cada canción es un rompimiento con la anterior, se desdobla su voz y descubrimos una Diana que quizás siempre estuvo ahí y ahora se desata.

El encanto del disco va in crescendo, es como si se abriera un horizonte más amplio mientras se suceden las canciones, como si ella revolucionara en cada tema. De hecho, se nota una Diana más audaz, retadora, temeraria, sobre todo en los temas más movidos, por ejemplo “De Oriente a Occidente”.

Ella dijo que este era un disco de amor y ciertamente lo es. Los coros encajan perfectamente en los diálogos de cualquier pareja.

El trabajo interpretativo de Diana se hace visible en su versatilidad. Parece como si en los distintos temas ella asumiera una postura también distinta, como si encarnara tal cual a los diferentes personajes de las historias que canta.

Tengo que confesar que por momentos dudaba de si en este o en aquel tema era Diana la que estaba cantando. Pero aclaro, no digo que ella haya perdido su sello, todo lo contrario, la capacidad de mutar es precisamente parte de su estilo.

Los tracks que suenan a orishas, a los ancestros de la cultura africana que corre por nuestras venas pueden parecer algo nuevo en la obra de Diana, pero en realidad es algo que le viene desde que cantaba con Síntesis y, si eso era una deuda, aquí la dejó bien saldada.

En este álbum Diana explora ritmos nuevos y el carácter que le pone a las canciones le permite inscribirse en la lista de voces femeninas latinas que hoy están marcando la diferencia.

Sería exagerado decir que los textos de Diana Fuentes tienen un impacto social como sí los tienen los discos de su esposo y productor musical. Sin embargo algunos versos de los tracks de “Planeta Planetario” como “… aquí se lucha por sobrevivir…” o “…puedo encontrar otra realidad…” nos dejan entrever que la intérprete tampoco vive en una burbuja.

Su tono íntimo también sabe hablar de las inconformidades que nos provoca el mundo convulso y agresivo en que vivimos, pero el mensaje de Diana no necesita crudeza, con amor ella logra llegar a nuestros corazones.