"Estamos profundamente preocupados por el significativo aumento de víctimas infantiles y el devastador impacto que el conflicto sigue teniendo en la seguridad, salud y educación de los niños en Afganistán", ha declarado Ajil Iyer, representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)

La mayoría de los niños muertos y heridos fueron víctimas de artefactos explosivos improvisados, artillería sin explotar y minas terrestres colocadas por todos los bandos del conflicto. Otra de las preocupaciones de las autoridades es el reclutamiento y la utilización de niños por todas las partes del conflicto, como combatientes o para otros fines, registrándose en 2013, al menos 97 casos.

Las escuelas e instalaciones sanitarias siguen siendo objetivo de los bandos que participan en el enfrentamiento. Aproximadamente 115.000 niños en todo Afganistán se han visto afectados por el cierre temporal o permanente de 539 escuelas que tuvieron que cerrar sus puertas por la inseguridad que vive el país.

"UNICEF reitera su llamamiento a todas las partes del conflicto para que garanticen la protección de los niños de acuerdo al derecho internacional humanitario y que se abstengan de toda acción que tenga un impacto negativo en la salud, educación y otros servicios esenciales", ha añadido Iyer.