Cementerio chino de Mariel: de mito a realidad
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Muy cerca de la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), catalogado como uno de los mayores proyectos inversionistas de Cuba, convive un atractivo pasado capaz de captar el interés de cualquier espectador y enamorar a especialistas.
Comenzó siendo una de esas historias locales que complementan conversaciones y despiertan la curiosidad. Hoy es ya un hecho, una realidad probada: existe un cementerio chino en Mariel.
La necrópolis, próxima a donde siglos atrás aborígenes de la región tenían su asentamiento y actualmente se extienden las obras del puerto de Mariel, abarca un perímetro de 11 por 30 metros.
“Tras mucho tiempo sin visitar el sitio, acudimos allí al comenzar las construcciones de la zona de desarrollo, con el objetivo de salvaguardar los bienes patrimoniales. Fruto del proceso de evaluación, comenzamos el estudio del cementerio chino, tarea a la que se sumaron luego los participantes en el taller de Arqueología celebrado en este municipio, del 2 al 14 de diciembre del 2013”, explica Edel Mayol Bersach, historiador de Mariel.
Muro que separaba el cementerio y la estación de cuarentena de la población
Hasta el momento han localizado 12 bóvedas, pertenecientes al camposanto creado en el siglo XX y compuestas por falsas bóvedas, hechas de cemento; gran parte profanadas.
“Se conservan inscripciones en chino en los bordes. Además vimos un conjunto de elementos que suponemos son tumbas, el piso donde pudo residir una capilla y evidencias de un embarcadero, elementos que podrían pertenecer a un cementerio hecho en el siglo XIX”, afirma el especialista.
Recuento necesario
Desde mediados del siglo XIX funcionaba, en la bahía de Mariel, una estación de cuarentena donde permanecían los esclavos y la tripulación de los buques que finalizaban su viaje en La Habana, escenario de las subastas.
“Debido a las pésimas condiciones higiénicas del traslado y de la estancia muchos enfermaban y morían, y eran enterrados en el cementerio construido cerca con esos fines”, destaca Mayol, y agrega:
“A causa de la apertura de la migración china, como respuesta a la abolición de la esclavitud, hasta 1874 casi todos los que entraron al lazareto de Mariel provenían de esa nación asiática. Calculamos que alrededor de 29 mil colonos hayan pasado cuarentena en este lugar”.
En el siglo XX el lazareto se convierte en un hospital para adictos a las drogas, habilitado alrededor de 1926 y con gran afluencia de chinos. El hallazgo se corresponde con el cementerio vinculado a esa instalación.
“Queremos mejorar las condiciones del terreno para continuar laborando, pero para ello necesitamos ayuda material”, comenta el historiador, quien guarda la esperanza de encontrar el cementerio del siglo XIX. Pero la misión puede resultar difícil.
“Solo hemos localizado un muro, construido cerca de 1865, para aislar el lazareto del resto de la zona. No hemos visto las osamentas, ni los muros que definían los límites del cementerio o los que lo dividían a la mitad, entre católicos y chinos. Tampoco encontraremos cruces -pues la mayoría de los chinos no eran católicos-, ni bóvedas, ya que para entonces el cemento no había llegado a Cuba.
Panamá, Perú y Cuba constituyeron los destinos clave de la migración china a Latinoamérica. En estos países existen cementerios, pero en el primero de ellos radica el más antiguo conservado, el cual data de 1883. Queremos demostrar la existencia de un enterramiento decimonónico aquí”, subraya.
Del mismo modo en que el hallazgo vino de la bruma de la especulación y el imaginario público a ocupar espacio en la historia de Mariel, y de la nación, el empeño de grupos espeleológicos e historiadores podría hacer realidad este sueño, por supuesto, con el respaldo material requerido para ello.
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Noel
Carlos Alberto Borrego Quevedo
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Carlos Alberto Borrego Quevedo
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