Una palabra que deberíamos recuperar y usar más allá de su expresión lingüística es esta. Mondo es un término que se refiere a todo lo limpio que puede ser, sin agregos, completamente impoluto. Proviene del latín mundus, y a su vez de este término se derivan otros como mundo, inmundo, mundano, vagabundo, inframundo, y ultramundo.

Se trata de un extranjerismo que adaptamos en nuestro idioma y desde el siglo XVII ya se encuentra reconocido en diccionarios españoles. Es un adjetivo de acentuación llana que puede describir perfección, precisión sin error, lo impecable puro sin elementos superfluos.

Por su parte, el verbo mondar puede ser usado como acción de limpiar, eliminar lo indeseado para, justamente, dejar todo más libre de excesos.

En la vida es difícil encontrar esta característica de pulcritud, sin nada más, sin desorden ni elementos innecesarios. En coincidencia con el Diccionario Enciclopédico Español online creo que pudiéramos aplicarlo más en sentido figurado y abstracto para sugerir simpleza, orden, con ausencia de complicaciones y sin adornos, justo como queremos estar en muchas ocasiones y no lo logramos.

A veces queremos sentirnos intactos, sin pensamientos intrusos y contaminados y poder desprendernos de lo negativo que nos rodea, de todas esas impurezas que nos arrastran y pueden modificar nuestro ánimo e impedir nuestro crecimiento interior. En este caso estaría muy bien mondarnos, librarnos del lastre que nos envuelve.