Quinta columna nazi en Ucrania

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Quinta columna nazi en Ucrania
Fecha de publicación: 
12 Febrero 2014
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Por ahí ya empiezan a asomar los primeros comentarios sobre las raíces fascistas de una parte de quienes orquestan por estos meses manifestaciones de protesta de todo tipo contra el gobierno de Ucrania, de forma tal que lo ha debilitado sobremanera, a tal punto que hizo renunciar a su gabinete y eliminó leyes antimanifestaciones.
                                                                       
La violencia no ha amainado, porque  muchos de los manifestantes, en su ignorancia, exteriorizan su desconfianza por los ventajosos acuerdos con Rusia y prefieren acercarse a una Unión Europea que, sin dudas, arruinaría a la nación. A ello se suma que hay otros elementos ultrarreaccionarios que heredaron toda una trayectoria de antepasados que colaboraron con la agresión y ocupación nazi.
                                                                                

Los cantos de sirena occidentales obnubilizan a miles de personas que soportan un fuerte frío invernal y mantienen barricadas en parte de Kiev, la capital, y otras ciudades ucranianas, para defender un posible acuerdo con la Unión Europea (UE) que llevaría a un neoliberalismo que privatizaría el agua y el ferrocarril, eliminaría la gratuidad de la salud y la educación públicas, reduciría las pensiones y las prestaciones sociales, e hipotecaría a generaciones con el Fondo Monetario Internacional y la gran banca comercial europea.
                                                             

Estas, entre otras muchas, son las condiciones del acuerdo de asociación entre Ucrania y la Unión Europea, mientras los principales medios de comunicación, con  esa “libertad de prensa” que tanto daño hace, tratan de hacer creer que la UE es poco más que una ONG que, en su inmenso altruismo, quiere llevar libertad y democracia. Grecia es el espejo en que deberían mirarse los ucranianos, muchos de los cuales se encuentran divididos ante un gobierno al que tratan de hacer renunciar o por lo menos eliminar poderes presidenciales, en tanto fuerzas recalcitrantes exhiben un neto estilo nazi para ganar posiciones y hacer prevalecer su espíritu revanchista.

Recordatorio histórico necesario
                                                    

La historia moderna de Ucrania comenzó con los eslavos orientales, ya que desde el siglo IX, fue el centro del área habitada por este grupo. Este Estado, conocido como Rus de Kiev, se convirtió en la nación más grande y poderosa de Europa, pero se desintegró en el siglo XII.
                                                                                                                     
En los siglos XVI y XVII, fue el hogar de la primera democracia moderna (polaco-lituano República de las Dos Naciones) durante la rebelión de Jmelnytsky. Después de la Gran Guerra del Norte, fue dividida entre varios de los poderes regionales y en el siglo XIX, la mayor parte se integró al Imperio ruso, con el resto bajo el control del Imperio austrohúngaro.
                                                                                                    

Tras un período caótico de guerras incesantes y varios intentos de independencia, surgió en 1922 como una de las repúblicas fundadoras de la Unión Soviética.
                                                                                                                                                
El ejército alemán invadió la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, iniciando con ello cuatro años de incesante guerra. Las fuerzas del Eje inicialmente avanzaron contra los esfuerzos desesperados pero infructuosos del Ejército Rojo. En el sitio de Kiev -la capital ucraniana- la ciudad fue aclamada como una "Ciudad Heroica", por la resistencia que ofrecieron tanto el ejército rojo como la población local. Más de 600 000 soldados soviéticos (una cuarta parte del frente occidental) murieron o fueron tomados como prisioneros.
                                                      

Aunque la gran mayoría de los ucranianos lucharon junto con el ejército rojo y los partisanos, algunos elementos del Partido Nacionalista Ucraniano crearon una organización antisoviética en Hálych, el Ejército Insurgente Ucraniano (1942), que participó al lado de las fuerzas nazis y continuaron luchando contra la Unión Soviética incluso años después de la guerra. En la misma época, otro movimiento nacionalista luchó junto con los nazis, el Ejército de Liberación Ucraniano. En total, el número de ucranianos que lucharon en las filas del ejército soviético se estima en unos siete millones, y los pronazis en 100 000.
                                                                                    
Inicialmente, los alemanes fueron recibidos como libertadores por algunos ucranianos occidentales, que se habían unido a la Unión Soviética apenas en 1939. Sin embargo, el brutal régimen alemán en los territorios ocupados finalmente convirtió a sus partidarios en opositores. Sin embargo, los nazis llevaron a cabo políticas genocidas contra los judíos y comenzaron una despoblación sistemática de Ucrania para prepararla para la colonización alemana.
                                   

El territorio de la República Socialista Soviética de Ucrania fue ampliado hacia el oeste poco antes y después de la Segunda Guerra Mundial y nuevamente en 1954 con la transferencia de Crimea. En 1945, la RSS de Ucrania se convirtió en uno de los miembros fundadores de las Naciones Unidas.
                                                        

Independencia
                                                                        

Ucrania alcanzó su independencia tras la disolución de la Unión Soviética en 1991. Esto comenzó un periodo de transición hacia una economía de mercado, durante el cual fue afectada por una recesión que duró ocho años. Sin embargo, en el siglo XXI la economía ha experimentado un aumento estable con un crecimiento promedio del PIB del 7% anual, aunque la crisis económica ha golpeado fuerte en los últimos años y ha necesitado la ayuda del vecino ruso que se la ha brindado.
                                                                                                           
No obstante, sigue fuerte el espíritu antirruso y la mitad de la población prefiere un acercamiento o vínculos estrechos con la UE, todo lo cual ha sido aprovechado por dirigentes que, incluso, cumplen condenas por corrupción y los citados grupos extremistas de ultraderecha, entre ellos veteranos de la guerra en Afganistán, quienes utilizan métodos destructivos.
                                                                                                     

Al respecto, el presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvych, declaró que no se niega a la integración europea, pero que esta debe respetar los intereses de su país, sin violación de la soberanía, así como que los responsables de los actos de extrema violencia serán castigados, pero hasta el momento ello no ha sido posible y cunde la anarquía atizada por una quintacolumna que espía y acecha con un accionar que no tienen que envidiar al de los guardias de asalto nazis.

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