Números en el fútbol: ¿Dorsales al azar?

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Números en el fútbol: ¿Dorsales al azar?
Fecha de publicación: 
28 Julio 2013
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Si de fútbol se trata, poco recoge más historia que los números que lucieron en sus carreras las más encumbradas estrellas del más universal. A diferencia de otros deportes en el balompié los números están estrechamente relacionados  a las posiciones que ocupa cada jugador en el campo, por tanto, no resulta casual ver en una cancha a un portero con el 1, a los defensas con los el 2, 3 o 4, así como a los delanteros con el 9 en la espalda.

Datos de la Federación Internacional de Historia y Estadísticas del Fútbol (IFFHS) revelan que fue en Australia donde, en fecha tan lejana como 1911, los equipos comenzaron a utilizar números en el dorso de las remeras de sus jugadores, al menos en competencias oficiales. Con el tiempo la práctica se hizo extensiva a todas las latitudes y ya hace algunos años el nombre, apellido e incluso el apodo del jugador se coloca sobre el dorsal y así es mucho más fácil distinguir y reconocer al protagonista de cada jugada.

La historia recoge a la camiseta número 10 como la portadora de los mayores talentos futbolísticos. Pelé, Maradona, Rivaldo, Zidane, Ronaldinho o Messi son algunos de los encumbrados que han otorgado exclusividad a este dorsal.

Para los defensas se hicieron las casacas 2, 3, 4 o 5, utilizados en su momento por “hombres duros” de la talla de Franz Beckenbauer, Daniel Pasarella, Paolo Maldini y Fabio Cannavaro.

Otros de los dígitos bendecidos es el 7, inmortalizado en la piel de superestrellas como Eric Cantoná, Raúl, David Beckham, David Villa o Cristiano Ronaldo.

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El brasileño Ronaldo utilizó en el AC Milan el insólito dorsal 99

Casi a la par de los dorsales de la “farándula” futbolística, coexisten otros antaño no tan venerados y reivindicados por grandes “cracks”, como lo fueron el 32 que solía utilizar el italiano Christian Vieri, el 14 del francés Tierry Henry, el 13 del alemán Michael Ballack, el 23 del inglés David Beckham en su etapa en el Real Madrid o el 22 que lució el brasileño Kaká en su paso por el AC Milan.

Ya fuere por cábala, gustos o contratos publicitarios, existieron siempre jugadores renegados a dejar de escribir su leyenda con otro número que no fuera el de sus delirios. El astro brasileño Ronaldo fue uno de ellos. “O Fenomeno”  recaló en 1996 en el FC Barcelona con la nueve que normalmente utilizan los depredadores del área. Luego de su traspaso al Inter de Milán el jugador utilizó de inicio la nunca desdeñable chamarreta 10, hasta que un año después una gentileza del chileno Iván Zamorano devolvió la 9 al cuerpo al brasileño quien, además, tuvo exclusividad de dorsal durante sus 12 años en la selección nacional. Al igual que ocurriera en Milano, Ronaldo tuvo que jugar su primer año en el Real Madrid con remera atípica: la 11. No obstante, su fabulosa temporada con los merengues terminó con el traspaso de Fernando Morientes al AS Mónaco francés y la vía expedita para reutilizar su número mágico. A su regreso a Italia, esta vez a la disciplina del AC Milan, Ronaldo, “intolerante” a dejar de utilizar el 9 de sus amores en poder del Filipo Inzaghi, resolvió cargar con la “pesada” 99.

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Ronaldinho posa ante un póster promocional de su marca “R10”

Pero si de números y uniformidad se trata, ahí está para constatarlo la selección brasileña de fútbol. La canarinha es la selección que mayor regularidad ostenta si de enumerar a sus jugadores se trata. La verdeamarelha suele ordenar en las Copa Mundiales del 1 al 11 a toda su alineación titular. La otra cara de la moneda es la Serie A. En Italia, amén de la gran cantidad de camisetas retiradas por varios clubes, resulta frecuente ver lucir a muchas de las grandes estrellas del calcio dorsales fuera de tiempo, futbolísticamente hablando. Ejemplos frescos sobran: Robinho (77), Ronaldinho (80), Stephan El Shaarawy (92) o Antonio Cassano (99).

Algo parecido ocurre en el actual inquilino de la UEFA Champions League, el Bayern Munich, donde la pléyade de alemanes que allí actúa conspiró al parecer para utilizar dorsales del 20 en adelante. Los ejemplos: Philipp Lham (21), Tomas Müller (25), Bastian Schweinsteiger (31), Mario Gómez (33, ahora en la Fiorentina) y Toni Kroos (39).

Están los casos de aquellos que por razones desconocidas tienen predilección por ciertos y determinados números. Uno es Mario Balotelli y su insólito y recurrente 45, al cual ni el sobrado talento del italiano logra dar vida. Otro es el 52 del danés Niclas Bedtner, apodado “El bombardero”, quien hace honor a los aviones de guerra norteamericanos B-52.
Igual de curioso son los trueques de números como el de Xavi Hernández y Andrés Iniesta. Los geniales mediocampistas portan el 6 y el 8 con el FC Barcelona y enrocan dorsales en la absoluta de España.

Por último, no olvidar que también fuera de las canchas la maquinaria publicitaria que rige los destinos del futbol mundial y explota el potencial publicitario de sus más descollantes figuras ofrece varias marcas deportivas tomando precisamente los números de los atletas como basamento comercial. Las más reconocidas son las patentadas por tres superestrellas de similar nombre: Ronaldo (R9), Ronaldinho (R10) y Cristiano Ronaldo (CR7).

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