Marco Rubio: Doblez hecha senador

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Marco Rubio: Doblez hecha senador
Fecha de publicación: 
8 Junio 2013
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La misma película: otra vez mentiras y dobleces de Marco Rubio  retozan a plena luz del día, como en la época que fue elegido integrante del Senado de Estados Unidos.

Luego de clamar reiteradamente por una reforma que normalice la situación de millones de inmigrantes ilegales, ahora el senador por la Florida no tiene definido su voto respecto al asunto.

De acuerdo a un periodista de Miami, Alex Leary, Rubio declaró el martes que, si no le hacen cambios, “él votaría en contra del proyecto de ley que ayudó a redactar”.

El ex presidente de los abogados de Inmigración, David Leopold, declaró: Respeto al senador Rubio, pero este “no es un tema en que se pueda jugar desde los dos lados”.

Una activista floridana, Gaby Pacheco, quien no oculta su admiración por el senador, recordó que este proyecto “es su hijo”,  y por tanto, no debe abandonarlo a mitad de camino.

El periodista Alex Leary alerta que Rubio ha dado esperanzas a los enemigos de la iniciativa, en cuanto a que él “se retirará de la batalla”, y por eso un senador de la ultra conservadora Alabama, Jeff Sessions, “casi daba saltos de alegría”.

Analistas recordaron que el legislador oscila entre dos poderosas fuerzas, una coalición pro reforma deseosa de abrir las puertas a  votantes hispanos y una oposición ultraderechista de  grupos anti-inmigrantes.

Ali Noorani, director ejecutivo del Foro Nacional de Inmigración, estimó en cuanto a Rubio que no se puede obtener consenso en un lugar y, de inmediato, “ir al doblar de la esquina y tratar de socavarlo”.

Pero tal ha sido la conducta del senador floridano, mezclado hasta el cuello en maquinaciones no precisamente caracterizadas por su higiene.

Corría la mitad del año 2012 cuando el influyente periódico The Wall Street Journal lo exhortó a revelar cualquier asunto que pudiese derivar en una investigación.

El diario se refería a una denuncia que le hicieron en 2010 durante su campaña electoral para el Senado, ocasión en la que artículos de prensa revelaron en Miami que pagaba habitualmente sus gastos personales con una tarjeta de crédito del Partido Republicano.  

También le señalaron que solo en pagar el servicio de un taxi y la reparación de un automóvil de la familia gastó casi 4 000 dólares, deuda que recayó sobre su partido.

Marco Rubio, también llamado por sus amigos “una estrella en ascenso” se limitó a declarar que ya había devuelto ese dinero, equivalente a decir “borrón y cuenta nueva”.

La credibilidad del senador quedó aún más arañada cuando El Nuevo Herald comentó en Miami que a Rubio siempre lo persigue su pasado, y The Washington Post lo avaló al decir que engañó al catalogar a sus padres como exiliados que huyeron de Cuba.

Después de investigar eso último, el Post afirmó que era falso, porque sus progenitores salieron de la isla en 1956, o sea, cuando aún el tirano Fulgencio Batista ocupaba el poder.

En las elecciones de 2010, como candidato a senador federal, se transformó en un fiero partidario de los inmigrantes, legales e ilegales, mientras en la Cámara de Representantes de la Florida actuó al respecto como una moderada figura de “centro”.

Lo más importante radica en que otra vez se pone de manifiesto quiénes son los principales enemigos de Cuba en Estados Unidos.

Marco Rubio, quien cuando ganó su puesto en el Senado estaba siendo investigado por graves hechos delictivos en la Florida, Ileana Ros-Lehtinen, mezclada en negocios sucios con su esposo Dexter.

Lincoln Díaz-Balart, el cual se vio forzado a renunciar a su puesto en la Cámara de Representantes luego de saberse que desde allí  hizo intercambios de influencias que le reportaron mucho dinero.

David Rivera, furibundo adversario de la Revolución cubana y hoy considerado un vulgar delincuente que durante años se movió en el Congreso de Washington y de quien se alejan hasta sus amigos.

Pero el senador Marco Rubio puede sintetizarlos a todos, entre otras cosas porque sus públicas mentiras y abultados dobleces marcan un hito en la historia del solemne Congreso de Estados Unidos.

 

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