El cine rumano se lleva el Oso de Oro de la Berlinale

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El cine rumano se lleva el Oso de Oro de la Berlinale
Fecha de publicación: 
17 Febrero 2013
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Rumanía se llevó este fin de semana un nuevo trofeo del circuito europeo de festivales de cine, cuando Child's Pose se llevó el Oso de Oro en Berlín, subrayando la creciente influencia del país como potencia cinematográfica en la era poscomunista.

 

La película, dirigida por Calin Peter Netzer, cuenta la historia de Cornelia, una madre obsesiva que utiliza todos los trucos a su alcance para evitar que su hijo vaya a la cárcel tras matar a un niño en un accidente de coche.

 

Se trata de la última entrada en una larga lista de éxitos de crítica en festivales como el de Berlín o el de Cannes que ha logrado el cine rumano en los últimos años, lo que lo ha llevado a un público más amplio.

 

Algunos de los directores más destacados del país, que han disfrutado de la libertad artística que floreció tras la muerte del dictador comunista Nicolae Ceausescu en 1989, rechazan las teorías sobre una «nueva ola» del cine, diciendo que reúne estilo e historias muy diferentes.

 

Pero desde que La muerte del Sr. Lazarescu, de Cristi Puiu, llegó a Cannes en 2005, y dos años más tarde su compatriota Cristian Mungiu ganó la codiciada Palma de Oro en el festival francés por el desgarrador drama sobre el aborto 4 meses, 3 semanas y 2 días, el cine rumano se ha mantenido en escena.

 

«Esto es un reconocimiento, creo, de que el cine rumano sigue produciendo cine de buena calidad y lo ha hecho durante algunos años, y creo que es un buen legado que siga siendo así», comentó Netzer a Reuters tras recibir el Oso de Oro a la mejor película.

 

NARRACIÓN IMPÁVIDA

 

Aunque cada película es distinta, hay un nexo común de narración impávida y conmovedor drama humano que suele contrastarse con una sociedad fría y poco compasiva.

 

Netzer dijo que Child's Pose no es una crítica de la Rumanía actual, pese a su poco favorecedor retrato del materialismo ostentoso y la corrupción casual de los nuevos ricos.

 

"Creo que básicamente esto va sobre una relación, una especie de relación patológica entre madre e hijo", dijo a la prensa en Berlín tras la ceremonia de clausura el sábado por la noche.

 

"El resto -la corrupción, el marco, el contexto- todo esto está en un nivel separado y es solo el telón de fondo", explicó.

 

Es probable que la victoria en Berlín le dé a la película un importante impulso en términos de distribución en Rumanía y el extranjero, aunque algunos críticos se preguntaron si los alienantes personajes de madre e hijo podrían limitar su atractivo.

 

"Hay un vínculo instantáneo que tiene la audiencia con las dos jóvenes en 4 meses... que de forma deliberada no se supone que debamos tener en Child's Pose", señaló Jay Weissberg, crítico de la publicación del sector Variety.

 

"La madre es una figura monstruosa y su hijo es aún peor".

 

Sin embargo, como a muchos otros, al crítico le impresionó la interpretación de Luminita Gheorghiu como Cornelia, una de las muchas interpretaciones destacadas en las cintas nominadas en Berlín, de actrices maduras que aprovechan al máximo papeles rara vez escritos en Hollywood.

 

Paulina García fue la popular ganadora del Oso de Plata a mejor actriz por su papel en la cinta chilena Gloria, en la que interpreta a una divorciada de 58 años que decide vivir la vida plenamente pese a los reveses.

 

"Todos nos enfrentamos a encrucijadas en nuestras vidas donde podemos retirarnos hacia nosotros mismo o podemos salir a la pista de baile", dijo de su personaje el director de Gloria, Sebastián Lelio.

 

La mayor sorpresa de la ceremonia de premios llegó con el galardón a mejor actor, otorgado a Nazif Mujic, un gitano bosnio que nunca había actuado antes y al que tuvieron que convencer para que se interpretara a sí mismo en un drama basado en sus peripecias reales.

 

An Episode in the Life of an Iron Picker, rodada con solo 30 000 euros, cuenta la historia de cómo los hospitales bosnios se niegan a operar a su mujer tras un aborto natural porque no tiene seguro, pese al hecho de que su vida corre peligro.

 

El premio a mejor director se lo llevó el estadounidense David Gordon Green, por su estrafalaria road movie Prince Avalanche, y el título iraní Closed Curtain ganó el de mejor guión para los también directores Kamboziya Partovi and Jafar Panahi.

 

Panahi rodó la película en secreto en desafío a una prohibición al cine impuesta hace 20 años, y no se le permitió viajar a Berlín para recoger su premio.

 

"La tradición y la cultura permanecen, los políticos vienen y van", dijo Partovi a la prensa tras recibir el trofeo.

 

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