Bryan Adams, fotógrafo, publica su primer libro de retratos a famosos

El cantante y compositor canadiense Bryan Adams (Kingston-Ontario, 1959) —autor de hits de los ochenta y los noventa como Summer of 69, (Everything I do) I do it for you y 18 till I die— consigue mantener la discreción tras más de 30 años de discos y giras. No se deja llevar por el engreimiento ni explota su vida personal, se comporta como una persona corriente: en lo referente a la visa social se considera "periférico".

Con la misma normalidad con que ha llevado su carrera musical, Adams desarrolló en los años noventa un interés por la fotografía que siempre había existido, pero se acentuó por el deseo de hacer un autorretrato como portada de uno de sus discos. Nunca se dedicó a cacarearlo y pocos saben que su actividad como fotógrafo es intensa.

Trabaja para publicaciones como Vogue, i-D y Harper's Bazaar; hace campañas de moda, expone en museos de Europa y los EE UU, retrata a personajes de fama mundial. Michael Jackson, Mick Jagger, Cindy Crawford, Amy Winehouse o la reina Isabel II de Inglaterra han posado para él.

La capacidad de hacer sentir bien al que posa

Exposed (Expuesto) es el primer tomo que recopila las fotografías de Bryan Adams a personajes notables. La monografía, que edita este mes la editorial inglesa Steidl, reúne 180 retratos de músicos, actores y figuras relacionadas con el mundo del espectáculo. Algunos de ellos, amigos personales de Adams, como la fallecida Amy Winehouse (que incluso pasó una temporada en casa de Adams cuando la cantante estaba en rehabilitación), la modelo Elle McPherson o el actor Ben Kingsley.

"Hay que ganarse la confianza y eso sólo se logra pasando tiempo juntos. Hay siempre un momento en la sesión en el que consigues la foto (...) y eso suele suceder cuando tú y el retratado conectáis", dice el artista.

Adams es conocido entre sus famosos modelos por ser un fotógrafo con la capacidad de hacer sentir bien a quien posa para él, que afronta cualquier obstáculo aparente como una ventaja y se desprende de cualquier referencia a su propia fama para provocar confianza y empatía.