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Manuel apretaste, no se quién eres y ni lo necesito saber, pues solo tú te has presentado como un ser anacrónico y fuera de tiempo, que pasa?, acaso no has mirado el almanaque y no te has dado cuenta que los años mozos de la homofobia generalizada en este país, cada día son más escasos?, te quedaste parado en el tiempo?, no te has dado cuenta que nuestro general presidente nos está llamando a unirnos, todos en una sola fuerza de cubanos y cubanas para salir adelante?, entonces quien eres tú para promulgar con tus palabras ofensivas, división? quien te nombró a ti Dios? Crees sabértelo todo? En tu comentario relatas mucha historia, si de veras quieres hacer historia busca bien y te encontrarás como en nuestra manigua combatieron también machete en mano homosexuales, el caso más conocido el de aquel mambí que le nombraban la brujita, ¡pero qué brujita!, se batía como uno más, y si nuestros generales de la guerra de independencia nunca le dieron la espalda y no lo marginaron entonces quién eres tú para marginar a otros, si de historia se trata, busca también e indaga cuántos estuvieron en la lucha contra Machado y hoy son héroes no solo por su accionar de lucha sino por ser humanos, de carne y hueso, y que amaron a seres de su propio sexo. Si quieres hablar de los últimos tiempos, debes buscar bien y convertirte en polilla y sabrás que muchos grandes hombres y mujeres que amaban a personas de su propio sexo, se las vieron bien feas en la Sierra Maestra junto a Fidel y a Raúl, y a otros grandes, expuestos a la metralla enemiga y a las enfermedades, lo dieron todo, incluso hasta sus más preciados bienes para fundar una nueva sociedad justa, libre y digna, muchos ya no están, otros siguen en la batalla actual contra los demonios que nos quieren ver caer, pero siguen ahí, junto a Fidel, junto a Raúl, junto a este pueblo. Y si en la Sierra nadie les dio la espalda ni los puso a un lado, entonces te pregunto otra vez, quién c… eres tu para tratar de hacernos a un lado, qué tan grande es tu fe como para pensar en que la historia no seguirá su rumbo? No ves que de tan histórico, patriota y revolucionario que te crees lo único que demuestras es una buena capacidad de división entre cubanos y cubanas, ya lo dijo alguien, “divide y vencerás”, te auguro que te quedarás con las ganas de vernos dividido, cada vez somos más los que queremos ver en este país, enterrada la discriminación por orientación sexual, seguiremos muy unidos y el tiempo nos dará la razón. Alguien dijo una vez que “detrás de un extremista hay un oportunista”, a mi me gusta decir más, “detrás de un homofóbico, hay un fracasado”. Y como dijera Yasmín en su comentario, si tanto miedo tienes, cómprate un perro, pues tendrás que comprarte varios, porque nosotros los chicos y las chicas gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, intersexuales y los heterosexuales amigos, estamos en todas partes, no solo en las guaguas, estamos en los parques y plazas de este país, estamos en las escuelas y universidades, en las fábricas y centros científicos, estamos en los hospitales y centros médicos, estamos en la defensa de nuestra soberanía, estamos en los teatros y espacios públicos. Piensa que muchas veces el pan que te comes, el espectáculo que disfrutas, el medicamento que recibes gratuitamente, los conocimientos que aun puedas adquirir, todo esto te lo puedes estar dando en algún caso una persona que ama a otra persona de su propio sexo. Yo lo llamo al respeto, a la cordura, a ser realista, humano y cubano, pues desde niño me enseñaron una premisa martiana, que no se en qué obra completa está, ni en qué libro, ni muchos menos en qué capítulo, pero que dice “siendo más humanos, seremos mejores cubanos”, ya que citaste al gran Gandhi te voy a regalar algo de su pensamiento: Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes, y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles. Si me das fortuna, no me quites la razón. Si me das éxito, no me quites la humildad. Si me das humildad, no me quites la dignidad. Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla y no me dejes culpar de traición a los demás por no pensar igual que yo. Enséñame a querer a los demás como a mí mismo. No me dejes caer en el orgullo si triunfo, o en la desesperación si fracaso. Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo. Enséñame que perdonar es signo de grandeza y que la venganza es señal de bajeza. Si me quitas el éxito dame fuerzas para aprender del fracaso. Si ofendo a los demás, dame valor para disculparme. Y si los demás me ofenden, dame valor para perdonarlos. Señor, si yo me olvido de ti, ¡nunca te olvides de mí! Luis Enrique Mederos
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