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Definitivamente pienso que el propósito de Lester Hamlet al realizar esta telenovela ha sido burlarse del público y desacreditar el género. Son inconcebibles las situaciones grotescas (y grotesca es la palabra que mejor define en general toda la novela). Se pretende exponer un enfoque "humorístico" de situaciones tan dramáticas como la enfermedad de Rangel o la siniestra personalidad de Felele. Me cuesta creer que el guión original de la novela, salido de las expertas manos de Amílcar Salatti y Joel Infante, y basado en una idea del no menos profesional Alberto Luberta, haya tenido este absurdo tratamiento de tramas, personajes y situaciones. Las actuaciones o no llegan o se pasan. En muchos casos se notan forzadas y para nada fluidas La música incidental en muchas ocasiones niega la naturaleza de la escena. El único aspecto novedoso y destacable de la novela lo son las originales vistas de la Habana, tomadas desde perspectivas poco explotadas anteriormente