¿Qué signo tú eres?
especiales
—Tienes cara de Libra ¿Qué día naciste? ¡Ay, eres Capricornio! Me gustan las capricornianas porque son personas exitosas. ¿A qué hora naciste? para buscar tu ascendente. Ah, Escorpio, ¡quién lo diría, gallega!
El mundo del zodiaco desata pasiones que son comunes en otras tendencias de profecía. ¿Quién no conoce a una persona así, fanática del horóscopo? Hay muchas. Me las encuentro en todas partes con sus visiones románticas de nuestra existencia. No importa procedencia social, edad, nivel de instrucción ni género, aunque en ese universo de la predicción sí predominan las mujeres.
Esos entusiastas buscan relacionarlo todo con el zodiaco, con lo que alguien dice que somos según las constelaciones, los elementos de la naturaleza, los animales, las líneas de las palmas de nuestras manos, la huella del café en la taza, en fin, lo que interpreten de casi cualquier detalle. Hay libros, manuales, secciones en revistas y periódicos, también en programas de radio y televisión; incluso, muchos hombres y mujeres se dedican a confeccionar cartas astrales, leer el tarot, y a interpretar las señales que toman de la cotidianidad.
Soy incrédula. No quiero minimizar a nadie por sus creencias, simplemente, a mí, no me han demostrado veracidad. En el caso del zodiaco, ¿cómo los astros van a definir la personalidad de cada uno de nosotros en esta tierra? ¿Cómo no me parezco a ningún otro capricorniano? Supuestamente esos cuerpos celestes, a tantísimos kilómetros de distancia, nos dotan de cierta energía, guían nuestros pasos, imponen un destino. Es lo que me dicen, y ¡me cuesta tanto admitirlo!
Además del horóscopo que más rige en Occidente se encuentran muchos más como el Chino, el Maya, el Azteca, y el Celta. Desde la antigüedad cada cultura depositaba sus creencias en distintos preceptos, y muchas directrices llegan hasta hoy.
¿Quién no lo ha consultado alguna vez por muy escéptico que sea? El tema atrapa. Y aunque desde hace mucho tiempo la astrología no es considerada una ciencia, y que muchas personas incluso la califican como un engaño, aún así, a no pocos les resulta difícil de vez en cuando no resistirse a leer lo que dicta su signo zodiacal, y eso tampoco está mal, a veces allí pueden encontrar mejorar su ánimo, emocionarse.
Lo que me resulta contraproducente es la fascinación, depositar en ello toda esperanza para respirar, que condicione la energía para continuar las labores. Pienso en una amiga que entristecía cuando del amor no leía lo que esperaba, y el resto del día se notaba apesadumbrada, torpe, y molesta con el astro rey, los dioses y hasta las piedras del camino.
Muchas personas están convencidas de que el horóscopo tiene las respuestas. Que el carácter queda definido por nuestro día, hora y lugar de nacimiento, y que durante la vida unos hilos invisibles manejan cada destino y hacen que seamos buenos o regulares en tal habilidad, o alérgicos a ciertos ácaros, que tengamos preferencia por los ojos azules y el color amarillo. Sin embargo, esto carece de argumento científico, es todo especulación.
Como lo veo, el zodiaco está hecho para complacer. Maneja un lenguaje ambiguo, vago y genérico que encaja con cualquiera, se ajusta perfectamente porque manipula los sentimientos al alabar y resaltar siempre lo positivo, cuando en la vida real no todo es color de rosa. No obstante, las personas sienten que les aporta estabilidad psicológica cuando en realidad juega con las expectativas individuales. Y está bien, si te ayuda a seguir, pues, adelante.
Para la psicología ese comportamiento tiene un nombre. Le llaman Efecto Forer o Barnum. He leído que responde a la validación subjetiva que tenemos de nosotros mismos. Le encuentro sentido: nos gusta saber cómo nos perciben, qué cualidades ven en nosotros. Por eso el horóscopo se centra más en lo positivo que en lo negativo, las deficiencias las tratan con suavidad para que no nos molestemos y quedemos complacidos, halagados.
Pensaba que era solo un signo asignado por la fecha de nacimiento, e investigando para este texto me entero de que existe uno solar, un ascendente y otro lunar. Todos asociados al mismo zodiaco mesopotámico, ese que se encuentra más diversificado en esta región y que comienza en Aries y termina en Piscis. Esto complica el asunto. Se me enreda en la mente un montón de información, pero todo vinculado a la personalidad, las relaciones personales, nuestras emociones y sentimientos.
—Hola, soy Capricornio, y al mismo tiempo Sagitario y Escorpio según el sol, la luna y los planetas; también Cerdo por nacimiento y Perro por empatía escolar; pero en realidad hija de Juan y Amalis, con una personalidad forjada en la educación que recibí y pulida gracias a lo que la vida me ofreció y quise recepcionar.
Si consultas el horóscopo de forma excesiva, te doy un consejo si en el fondo sientes que te afecta lo que lees. Sé suspicaz. Valora la profundidad de las descripciones antes de que te seduzcan los piropos. Analiza la fuente de información y cuestiona si la descripción es demasiado concluyente. Piensa que no somos perfectos, cometemos errores, No necesitas validarte ante los demás, no precisas respuestas para absolutamente todo. Pero si te reconfortara, ignora toda crítica, y continúa, sé feliz.
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Carlos de New York City
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