Milei, un seudoídolo con pies de barro

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Milei, un seudoídolo con pies de barro
Fecha de publicación: 
20 Febrero 2024
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El presidente argentino Javier Milei. Natacha PisarenkoAP Photo

Parodiando una anécdota gaucha, el libertario presidente de Argentina, Javier Milei, le pregunta a su par uruguayo, Lacalle Pou, que quién está más cerca de Dios. Pou, conociendo las ínfulas de su colega, responde “Me imagino que usted”, a lo que contesta convencido el libertario “¡No!, ¡usted!”-

Y así, presumido, sin oír nada de lo que no le interesa, Milei se vanagloria de aparentes éxitos de su política fiscal, con ingresos millonarios por logros en las exportaciones y en el fuerte ajuste fiscal que, coinciden AFP y EFE, golpean a la población.

Indica AP que esos presuntos logros del gobierno comenzaron a ser cuestionados por especialistas, porque no se basan en una economía sana o en recuperación, sino en el drástico recorte del gasto público que afecta jubilaciones, políticas sociales y presupuestos provinciales.

De acuerdo con un comunicado oficial, el gobierno registró durante enero un superávit financiero de 518 408 millones de pesos (619 millones de dólares), algo que no ocurría desde agosto del 2012, ya que desde entonces la economía del país suramericano ha estado marcada por el déficit fiscal.

El gobierno restó importancia a las críticas en el sentido de que tal superávit es resultado del recorte en programas de salud y educación y en la paralización de las obras públicas, entre otras medidas que agravan la pobreza.

"El déficit cero no se negocia, vamos a terminar con la destrucción de Argentina cueste lo que cueste ", insistió el vocero luego de que un periodista le señalara que el gobierno está logrando ese superávit a costa de afectar jubilaciones y programas sociales fundamentales como la entrega de medicamentos oncológicos o de alimentos para comedores populares.

"Sabemos que detrás de ese anuncio, que parece hasta frívolo, está un camino que estamos recorriendo, donde vamos a terminar con la inflación, vamos a generar crecimiento", añadió, aunque no pudo acallar las críticas opositoras que calificaron el informe de “superávit ficticio", "precario", "endeble", "regresivo", "insostenible" y "frágil". 

No es nada festinado, porque en sólo dos meses de gobierno la pobreza en Argentina creció en 13 puntos hasta llegar a 57%.

SIN COLOR DE ROSA

El Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Indexa), por ejemplo, publicó un informe en el que consideró "sugerente" que los datos oficiales reporten en enero un superávit financiero equivalente a 0,2% del Producto Interno Bruto (PIB).

"Esto es que los ingresos superaron a los gastos, incluyendo dentro de ellos los intereses de la deuda pública. Este resultado, consistente con el planteo oficial, se logró gracias a una fuerte y generalizada reducción real del gasto público (salvo intereses). Dentro de esta reducción, la caída en el valor real del gasto en jubilaciones y pensiones es la más decisiva", precisó.

De esta forma, agregó, se consolida un "persistente y profundo deterioro" en el poder de gasto de las jubilaciones que tiene ahora el menor valor real de lo que va de este siglo.

"La estrategia de equilibrar las cuentas públicas en base a la licuación de jubilaciones es muy endeble (…) tiene un impacto muy regresivo y genera tensiones políticas", advirtió.

El portal La Política Online explicó, que "el margen superavitario se explica en parte por dos decisiones difíciles de sostener en el tiempo: la baja a casi cero de las transferencias a las provincias, situación que complica cada vez más la relación de los gobernadores con la Casa Rosada, y el corte de los pagos a las generadoras de energía, que en enero tenían que cobrar 413 000 millones (unos 493 millones de dólares) y cobraron cero. Casi el número del superávit", señaló. 

El economista Nicolás Bertholet, miembro del Instituto Interdisciplinario de Economía Política, explicó que el desafío de las autoridades es ordenar las cuentas fiscales sin deteriorar el salario de los trabajadores estatales, los jubilados y los ahorristas. "Eso sería un logro a destacar, pero los logros del gobierno en materia fiscal se basan en el cepo cambiario”, espetó.

LA REALIDAD

Un gráfico del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) proyecta que, en enero de 2024, la pobreza alcanzó a un 57,4% de la población, una cifra superior a la de hace 20 años (54,8 %). El índice de indigencia total también se incrementó, pasando del 14,2% en diciembre.

Al respecto, la ex mandatario Cristina Fernández de Kirchner acusó a Milei y Macri por el aumento de la pobreza, y consideró que se está peor que en el 2004, año de la llegada al poder del fallecido expresidente Néstor Kirchner.

Según refieren los datos, desde el 2004 el nivel de pobreza cayó paulatinamente hasta el 25,9% en el 2011 y, tras altibajos, volvió a subir abruptamente desde el 2017, durante el gobierno del conservador Macri.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos informó la semana pasada que el país registró en enero un índice de inflación de 20,6%, acumulando el 254,2% interanual. No obstante, el gobierno de Javier Milei aseguró que su administración no era responsable de las cifras, sino que se trata de una situación "heredada".

En este contexto, el diputado peronista Rogelio Iparraguirre escribió y difundió una nota titulada 'Es o se hace', en la que señala que el jefe de Estado libertario ha ido construyendo la imagen de alguien "que sabe", desde sus apariciones televisivas como asesor económico hasta la actualidad. 

"Un erudito con espasmos de académico que se siente cómodo sobre todo cuando luce el traje de economista", dice Iparraguirre en su apreciación sobre Milei. 

El diputado describió al actual presidente como alguien que "no debate", que "manda a callar" y que fue "incomodado" esta semana por Cristina y la cantante Lali Espósito, a quienes mencionó en "cuatro entrevistas" y en una "cantidad incalculable de publicaciones" en redes sociales.

Iparraguirre señala que Milei tiene pretensiones intelectuales, pero muestra debilidades a la hora de defender sus argumentos ante la mínima crítica: "Al presidente le molesta que cuestionen sus afirmaciones eruditas. Le molesta mucho. No debate. Descalifica. No responde. Ataca. No contra argumenta. Manda a callar".
 

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