Milei, de la mano del embajador yanqui
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Seguro de poder vencer al frente progresista que se trata de crear para enfrentar su política económica, el presidente de Argentina, Javier Milei, esgrime envalentonado la Ley de Bases que logró hacer aprobar con remiendos por un parlamento cuya mayoría opositora no actuó con firmeza.
Así asegura que se mantengan leyes que han llevado a nueve millones de jubilados a la mayor pobreza, aumentado considerablemente el desempleo y contraído la economía en poco más del 5% anual.
En un contexto que viola los derechos humanos bajo el pretexto de disminuir los gastos fiscales y la galopante inflación, el libertario aún cuenta con el apoyo de la mitad de la población, a la que asegura que el triunfo de su política económica lo hará merecedor del Nóbel en esa disciplina.
Milei quiere que todo, incluida la cultura, sea y esté en manos privadas sin ningún tipo de regulación, así como eliminar la protección al trabajo y que sólo exista la relación entre el dueño y el trabajador, sin intervención del Estado, porque lo considera socialista.
LO PEOR
Milei, aparentemente loco, pero realmente taimado, hizo que el supuestamente contrario legislativo argentino, al aprobar su Ley de Bases -su hito o mojón económico- diera el visto bueno -cómplice, diría- al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), privatizaciones y la delegación de facultades.
Con un legislativo que no supo enfrentar los males que se le enciman a la nación, Milei demostró que trabaja para la verdadera casta: los mercados y los sectores más concentrados de la economía.
El mal fue servido a la nación en bandeja hace un mes, cuando el Congreso aprobó el RIGI, facultades delegadas, impuestos al tabaco y el paquete de privatizaciones, los puntos que mayor conflicto suscitaron en la discusión de la Ley de Bases.
De esta manera, el oficialismo logró luz verde en los ejes más conflictivos.
Con ayuda de los legisladores santacruceños, quienes paradójicamente habían llamado a no dar quórum a la sesión, el oficialismo consiguió aprobar la declaración de las emergencias públicas en materia administrativa, económica, financiera y energética, por un año; las delegaciones de facultades y los artículos que dejan sujetas a privatizaciones a seis empresas.
Antes de la votación, los libertarios anunciaron varios cambios. Entre ellos, acotaron el RIGI a nueve sectores: industria, turismo, siderurgia, petróleo, gas, infraestructura, minería, energía y tecnología.
El RIGI fue acompañado, inclusive, por tres senadores kirchneristas: Guillermo Andrada (Catamarca), Carolina Moisés (Jujuy) y Sandra Mendoza (Mendoza). Por lo tanto, el oficialismo alcanzó los votos positivos.
En facultades delegadas, los senadores radicales Martín Lousteau y Maximiliano Abad votaron en contra, pero los zigzagueantes santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano lo aprobaron.
Los artículos de privatizaciones terminaron siendo aprobados, después de que el oficialismo anunciara que dejaba afuera del listado a Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina, que incluye la TV Pública y Radio Nacional.
Así las cosas quedaron sujetas a privatización total dos empresas: Energía Argentina S.A; Intercargo SAU. Para privatización parcial o concesión quedaron avaladas AYSA, Belgrano Cargas y Logística S.A; Sociedad Operadora Ferroviaria (SOFSE), y Corredores Viales S.A.
De esta forma se cumplía lo que ya se veía venir y lo pronosticaba el senador formoseño José Mayans: "Sólo falta que el embajador de Estados Unidos pida a los senadores que voten el RIGI".
De esta manera se aprueba el modelo extractivista que entrega los recursos naturales de las provincias a las empresas extranjeras por 30 años con múltiples beneficios tributarios sin que dejen ni un dólar a las arcas nacionales.
Cuestiona Mayans a los gobernadores que, apremiados por las asfixia económica que impone el gobierno central apoyan las medidas, y a los dialoguistas que buscan cambios que la Casa Rosada no quiere respetar.
GOLPEANDO A LOS MÁS PEQUEÑOS
Unas 10 000 pequeñas y medianas empresas (pymes) han cerrado sus puertas desde que se inició el gobierno de Milei, reveló en su más reciente informe la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales (ENAC) del país suramericano.
"Cada vez que la política yerra el camino del desarrollo, los que pagamos el costo en todo ese tránsito somos nosotros", sostuvo el presidente de la organización, Leo Bilanski, quien llamó a recordar que cada cierre implica la pérdida de puestos de trabajo.
"¿Cómo es la cosa? ¿Quién paga el costo de la situación en la que está la Argentina?, ¿'la casta' o las pymes y los trabajadores", fustigó.
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Carlos de New York City
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