Colombia y Venezuela cada vez más por el buen camino

Por primera vez en mucho tiempo las relaciones entre Colombia y Venezuela marchan como los buenos vecinos que siempre debieron ser. Y tiene que ver con la llegada de Gustavo Petro al poder, el primero con tendencia izquierdista en ese país. Desde antes de asumir la presidencia el augurio fue favorable para que se relajaran las tensiones entre ambas naciones, e hicieran lo que correspondía: limar asperezas y ponerse a trabajar.

El gobierno de Nicolás Maduro arrastraba el rechazo heredado del complot internacional contra la nación bolivariana. Ahora ha disminuido mucho, pero hace tan solo seis años el ambiente en occidente era caótico. Todos los medios hablan de cómo el país se caía a pedazos con una economía deprimida y una ineficiente gestión gubernamental, que aseguraba el derrocamiento inmediato de su presidente. Mucho se esforzaron para bloquear el abastecimiento, a ratos de verdad parecía que aquello no aguantaría porque, además, se mostraba alarmante la violencia callejera, al punto de existir pánico. Y no hay nada peor que tener miedo y carecer de comida. Sin embargo, no solo Maduro se encuentra aún al frente de Venezuela, sino, que su propio pueblo refiere mejoría en los sectores que más preocupa al electorado: seguridad y economía.

Colombia fue importante en ese tiempo. Hacia allá se desviaba gran cantidad de recursos como alimentos y combustible. También la migración hacia ese país fue sustancial. De allá también nos llegaban malandros y grupos paramilitares con la intención de reforzar el caos, con la mira puesta en los funcionarios públicos. Todo con la anuencia de su par colombiano de turno. Por eso las relaciones mermaron, al punto de quedar exiguas, incluso con fronteras cerradas durante siete años, hasta recién.

Ahora con Petro la agenda cambió, de hecho, una prueba significativa fue el restablecimiento de las relaciones diplomáticas en agosto de 2022, además de intercambios sobre el estado de los lazos bilaterales como el que sostuvieron los dos mandatarios este sábado en el Palacio de Miraflores, de Caracas, donde Petro fue recibido con honores para luego, ambos, adoptar acuerdos relacionados con el desarrollo productivo, industrial, energético, de servicios, comercial y tecnológico.

Un aspecto que valoriza las nuevas relaciones entre los gobiernos de Petro y Maduro es el compromiso de Venezuela en apoyar los diálogos para alcanzar la paz total en Colombia. Asimismo, otros temas que les preocupa son la frontera, la migración, la sostenibilidad y el estado de la selva amazónica. Con estas líneas puestas sobre la mesa, todo parece indicar que las naciones vecinas retoman el buen camino.

La nueva alianza entre Colombia y Venezuela es alabada tanto por Maduro como por Petro. Cada uno por su lado refiere como positivo el proceso de normalización de sus nexos, que abarca todas las aristas, con posibilidad de crecimiento, para de manera conjunta recuperar los niveles de relaciones adecuadas entre países amigos, basadas en el respeto y la cooperación.