Boluarte con más represión

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Boluarte con más represión
Fecha de publicación: 
24 Septiembre 2023
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La unidad de fuerzas especiales de la Policía Nacional de Perú, que ha desempeñado un papel fundamental en la represión de la ley marcial. [Photo: @PoliciaPeru]

A pesar de haber comentado hace pocos días sobre el grave panorama en Perú (Pantomima peruana), la sucesión de diversos acontecimientos hace llamar la atención acerca de la impunidad y la protección sin ambages del imperialismo a Dina Boluarte, una mandataria espuria -y no designada-, quien no puede esconder su espíritu represivo bajo el maquillaje que le quieren dar con permitirle presencia internacional.

Por lo menos en cinco ocasiones la mandataria lamentó hipócritamente la muerte de decenas de opositores, unos 70, en las manifestaciones populares para pedirle su renuncia y la disolución del Congreso, para luego, en forma agresiva, afirmar que la culpa de los asesinatos era de los responsables de las demostraciones, cuando agentes policiales ya habían reconocido que desde la propia Presidencia les habían ordenado que usaran fuerza letal.

Lo cierto es que Boluarte se sabe impune, porque tiene el aval de la fiscal general y la embajadora de Estados Unidos en Lima.
Así queda escrita sobre el hielo la acusación de que por lo menos 17 indígenas participantes en las manifestaciones fueron fusilados sin que portasen armas ni hecho resistencia alguna.

El rechazo de Boluarte de su responsabilidad al respecto, llega con su decisión de renovar su gabinete con cinco ministros, dos de los cuales son notorios fujimoristas que ya han contribuido a decisiones entreguistas de la soberanía nacional sin oposición alguna, tal es la complicidad.

Quizás lo más indignante para algunos resultó que el nuevo jefe de la Armada haya sido entrenado especialmente en Estados Unidos, pero nada debe sorprendernos, porque los más de mil militares estadounidenses que ya han entrado en Perú tienen la tarea de entrenar adecuada y completamente a la policía y el ejército, tanto en labores de inteligencia como el combate a la guerrilla.

En este contexto, ha provocado alguna preocupación en Washington que policías y soldados hayan caído en emboscadas de columnas guerrilleras, a las que el oficialismo califica de terroristas, otra prueba más da la desesperación ante los desmanes que se están cometiendo en Perú.

IMPOPULARIDAD

Lo cierto es que no importa la impopularidad de Dina Boluarte en esta nación de 33 millones de habitantes, porque, ahora con el fuerte apoyo de la actual administración estadounidense, la extrema derecha se ha atornillado en el Congreso, luego de recuperarse de la pérdida de poder en las urnas.

La crisis actual, después de seis presidencias en cinco años, en la que el Poder Ejecutivo y Legislativo ha medido fuerzas que acaban en denuncias o golpes de Estado, ha dañado fuertemente y convierten en falsedad eso que llaman democracia, solo de nombre, porque no es participativa.

Indira Huilca, socióloga y excongresista de la República, declaró a uno de los pocos órganos progresistas peruanos, El Salto, que “estamos en un régimen autoritario cuasi dictatorial. La única fuerza que tiene Dina Boluarte para un gobierno de transición, es realmente la fuerza de la represión”.

Para la política peruana, hija de un dirigente sindical asesinado en la dictadura de Alberto Fujimori, el régimen de Dina Boluarte, el Congreso, el Poder Judicial y el Ministerio Público tienen una actuación articulada y una misma lectura que se interpreta como la necesidad de restauración del poder, por los sectores de la derecha tradicional, —el poder económico y mediático—, que perdieron las elecciones del 2021 frente a un Pedro Castillo que representaba, dentro de la política y la sociedad, a aquellos sectores de la población, principalmente de las regiones del país, que están insatisfechos con el modelo económico y social que debió darles paz y desarrollo.

“Hay una voluntad de restaurar ese perfil de poder político, económico y de los medios de comunicación, con una mirada asociada al poder de la centralidad de la capital limeña, que se evidencia más racista y represiva. Esa derecha tradicional quiere asegurarse de que nunca más les vuelva a ocurrir lo que les pasó en el 2021. No quieren correr el riesgo de que este sector de la población, que no perciben como uno de ellos, que pide Nueva Constitución, adelanto de elecciones inmediatas y otras reformas, vuelva a definir una elección”, afirmó Huilca, quien fustigó acertadamente:

“Los congresistas que tenemos casi no representan a nadie. Los partidos políticos no representan a las organizaciones sociales, son de personas fundadoras, es decir que tiene un dueño; en otras palabras, son empresas”.
 

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