Musk o el mundo al revés

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Musk o el mundo al revés
Fecha de publicación: 
17 Enero 2025
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Elon Musk, la mano derecha del presidente electo norteamericano, Donald Trump. Foto Taylor Hill/Getty Images

Recuerdo la primera vez que me llamó la atención cuando una legisladora republicana y periodista de lamentable origen cubano lo trataba de convencer de que fortaleciera gratuitamente el Internet en Cuba para “que los cubanos se informaran sin interferencia oficial”. Pero el considerado hombre más rico del planeta no hizo mucho swing –no sé por qué- a la pretensión de la susodicha multilaureada en su profesión, quien comparte con el posible canciller de Trump, Marcos Rubio, su odio a nuestra  Revolución y la opinión de que se mantenga el  criminal bloqueo “hasta que en Cuba haya democracia”.

Como indica el título, escribimos sobre Elon Musk, quien es hasta ahora la mano derecha del presidente electo norteamericano, Donald Trump, con aparente fuerte influencia sobre él colorado personaje.

Pero Musk va mucho más allá y se proyecta como el azote de los denominados gobiernos centristas y de izquierda europeos, haciendo abierta propaganda a favor de partidos de ultraderecha que coquetean o están a punto de tomar el poder.

Así ocurre en naciones claves del denominado Viejo Continente, como Alemania y Gran Bretaña, la primera suministradora principal de armas a Ucrania y la segunda con una política tan sumisa a Washington, capaz de crear un peligro tan grande para la humanidad como la guerra nuclear, solo para que “Rusia no gane”.

Gobiernos y partidos opositores calificados de ultraderechistas apuestan por el fin de las hostilidades ruso-ucranianas, y algunos consideran válidas las explicaciones del presidente ruso, Vladimir Putin, del por qué se vio obligado a iniciar la operación militar especial contra Kiev, mientras los “progresistas” estiman o tratan de hacer prevalecer lo contrario.

En este contexto, descuella la guerra online desenvuelta por Musk contra el primer ministro británico, Keir Starmer, un laborista producto de tres fracasados y consecutivos gobiernos de su opositor conservador, aunque todos han tenido por igual el odio hacia Rusia y la utilización de cualquier método para destruirla.

Aunque realmente no es fácil determinar el porqué de los ataques de Musk a Starmer -hasta ahora el principal aliado europeo de Estados Unidos-, el millonario puso en duda la idoneidad del premier laborista para el cargo, sugirió que debería estar en la cárcel y ha lanzado comentarios que enaltecen a la extrema derecha británica, como lo hizo en Alemania. 

Lo curioso es que Starmer respondió tardíamente a las acusaciones de Musk, y en ,medio de un gran nerviosismo, lo acusó de difundir mentiras y desinformación por su red Twitter.

La controversia ha sido desafortunada para Starmer. El creciente conflicto opacó la presentación del plan de choque para sacar de cuidados intensivos el sistema nacional de salud público, que es una de las grandes prioridades y preocupaciones de los británicos, cuando años atrás esa nación era considerada la mayor adelantada de ese sector en el mundo.

La furia de Musk -quien no admite la pornografía en su red social- contra Starmer se centra en un caso sobre una red de abuso sexual a miles de niñas por bandas de pederastas que tuvo lugar entre el 2004 y el 2011, conocido como "Grooming Gangs". Starmer, como Fiscal General entre el 2008 y el 2013, conoció de cerca la causa que terminó en pocas condenas, por lo que Musk lo acusa de haber sido muy flojo.

Pero Musk no solo se ha ratificado y afinado aún más sus dardos virtuales, sino que estos ataques sistemáticos y casi diarios tendrían un objetivo: según el Financial Times, estaría conspirando para forzar la salida de Starmer como primer ministro antes de las próximas elecciones, que deberían ser en el 2029. 

La estrategia, explica el periódico, es fortalecer un partido de extrema derecha, especialmente Reform, fundado por Nigel Farage, antieuropeísta, ideólogo del Brexit y cercano a Donald Trump. “Su opinión es que la propia civilización occidental está amenazada”, dice uno de los aliados de Musk, entrevistado por el Financial Times. 

“Musk es el hombre más rico del mundo y ahora tiene la ambición de ser superministro del gobierno más poderoso del mundo. A la vez, como Trump, es un ultraconservador autoritario y odia las regulaciones estatales. Está atacando al gobierno laborista con una serie de mentiras difundidas por la ultraderecha sobre cuestiones sensibles respecto de la migración y abusos sexuales, antes de que este intente imponer una serie de regulaciones antimonopólicas a mega empresas como las suyas”, sostiene a France 24 el investigador asociado del Chatham House, Mariano Aguirre Ernst.

GROOMING GANGS

Subrayamos que la llama que encendió la polémica fue lo que, a juicio de Musk, es la responsabilidad legal de Starmer en el escándalo del Grooming Gangs, cuando fue el fiscal general. 

En X  ha dedicado varios mensajes para exigir una investigación nacional que esclarezca estos casos que tuvieron lugar en varias ciudades y pueblos de Reino Unido.

El poder de Musk es tal que este escándalo volvió a dominar la agenda pública y la virulencia en las redes sociales.

Un informe concluyó que entre 1997 y el 2013 más de 1 400 niños de Rotherham (norte de Inglaterra) estuvieron expuestos a graves niveles de abuso sexual, explica The Times.

Pero los dardos online y los deseos de cárcel también fueron para Jess Phillips, la ministra de Salvaguardia y quien diseña la política de protección de niñas y mujeres, por anunciar que el gobierno no realizaría una investigación nacional por las Grooming Gangs.

Musk afirmó, entre otras, que “la verdadera razón por la que se niega a investigar a las bandas de violadores es que, obviamente, eso llevaría a culpar a Keir Stamer”.

“Lo que más me molesta de esto es que ocupa mucho de mi tiempo por un hombre que no sabe absolutamente nada sobre el tema del que está hablando”, dijo Phillips, tras ser blanco de Musk.

En medio de sus críticas, Musk se alineó rápidamente con la línea retórica de Trump de querer tomar el control de otros territorios como Canadá, Groenlandia o el Canal de Panamá, y lanzó que “Estados Unidos debería liberar al pueblo británico de su gobierno tiránico”.

La intervención del billonario en la política británica no es nueva. Musk era, hasta hace pocos días, uno de los grandes y poderosos aliados de Nigel Farage, la cara más visible de la ultraderecha en Reino Unido.

Musk sorprendió al decir que Farage no era el hombre adecuado para liderar el partido de derecha Reform y que debería ser reemplazado.

La discordia entre Musk y Farage, afirman medios británicos como Sky News, surgió por la negativa del político de abrirle las puertas del partido Reform a Stephen Christopher Yaxley-Lennon, conocido como Tommy Robinson, quien paga una pena en la cárcel por “repetir acusaciones contra un refugiado sirio”. 

Robinson, con un comprobado pasado como hooligan, es el fundador del English Defence League, organización de extrema derecha, conocida por su postura antislámica. 
 
Mientras para Farage, Robinson es un criminal, Musk lo ve como un ícono de la libertad de expresión. Tanto así que, en el 2022, cuando Musk compró X, le devolvió su cuenta que había sido cerrada. 

"Lo que él (Musk) estaba diciendo online era que, efectivamente, Tommy Robinson era un preso político y yo no estoy de acuerdo con eso. Si hubiera estado de acuerdo, él no habría publicado un tuit en mi contra”, le dijo Farage a Sky News.

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