ZONA CRÍTICA: Premios Lucas, algunas consideraciones

El proyecto Lucas entregará en enero sus premios a los mejores videoclips del año, y la lista de candidatos en las numerosas categorías en competencia deviene una muestra del nivel que ha alcanzado esta expresión audiovisual en Cuba.

El salto cualitativo es notable hace ya décadas. La factura de los materiales está en consonancia con los estándares internacionales. Y eso no se puede decir de todas las concreciones del universo audiovisual en el país.

Y habría que reconocer también la vocación estética de buena parte de esa producción. No es mera funcionalidad lo que buscan muchos de los realizadores: aspiran al arte. Hay estilo, concepto, metáfora.

Eso es evidente en la actual selección. Y los premios, independientemente de polémicas puntuales (asociadas a la subjetividad del ejercicio valorativo), con toda certeza estarán a la altura de las expectativas. Porque es, en sentido general, una buena selección.

Hay variedad en todos los acápites, más allá de la comprensible serialización genérica: las pautas que a veces devienen lugares comunes. Pero si uno revisa, por ejemplo, los nominados al premio principal, notará que son videos muy distintos, perfectamente reconocibles.

Ahora bien, y de esto se ha hablado mucho, no hay en esta oportunidad materiales descollantes, videoclips que marquen hitos, que alcancen consensos indiscutibles. Ha sido una etapa muy discreta. Y eso, por supuesto, incide en la competencia. Será más difícil escoger, distinguir, convencer con un galardón. Y ahí, obviamente, habrá materia para el debate. Bienvenido sea.