VOCABLOS: Arrebol (+obras y poesía)

Recién encontré esta palabra que me resulta muy bonita y he querido acompañar el texto con imágenes para que podamos admirar la belleza de su significado.

De acuerdo con distintas fuentes, arrebol es el efecto de los rayos del sol cuando inciden sobre las nubes y crea esos tonos cálidos que van desde el rojo, el naranja, el rosado, y otros de la misma paleta cromática. También se aplica a cuando se ilumina el rostro de una persona tanto por la luz solar como si usa colorete o se sonroja. Entonces se le dice que está arrebolado, que también puede ser, ruborizado, enrojecido.

Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), sus sinónimos son rojo, encarnado, colorado, rojizo, carmín, carmesí, escarlata, bermellón. Es un sustantivo masculino de acentuación aguda, de poco uso, aunque se estima que fue en el siglo XVI cuando apareció en un catálogo por primera vez, y en el año 1726 ya fue incluido en el de la RAE.

Leí que su origen etimológico no está muy claro. Se considera que pudiera provenir de la palabra latina “rubeus” (rubio-rubor), y que luego fue extendido a matiz colorado como el que vemos al amanecer y atardecer porque en esos momentos el sol se encuentra bastante bajo, en el lugar indicado para que podamos ver cómo colorea la atmósfera.

¿Puede haber postal más hermosa que un cielo con nubes así como se describe? De hecho es motivo de inspiración para muchos artistas. Durante toda la historia de la humanidad pintores y fotógrafos han tenido etapas de obsesión por paisajes de este tipo, a veces como protagonistas de la pieza, o en último plano para ambientar.

Las nubes son un fenómeno muy interesante que nos apasiona desde niños porque no entendemos muy bien su formación y cómo son capaces de sostenerse en la “nada” tan cargadas de lluvia o ser portadoras de tremendas tormentas eléctricas. Son muy importantes para el planeta, nos provee lluvia, por ejemplo. Además, cada una es única.

Para recrear este concepto de arrebol, me parece más adecuado con imágenes de primavera, verano y otoño, cuando la luz del sol nos llega con más intensidad y podemos apreciar los colores rojizos que hoy nos interesa, sobre todo en horarios temprano y de tarde, por el ángulo en que se encuentra nuestro astro rey.

El grito, Edvard Munch (1863-1944)
Imagen tomada de https://es.wikipedia.org

La libertad de creación que tienen los artistas le permitió a Edvard Munch concebir, en su obra más importante, “El grito”, un paisaje irreal, pero con nubes de colores cálidos del arrebol.

Muchas son las obras que encontré, aquí les muestro algunas. En unas los colores son más intensos, en otras menos, pero se aprecia. Además les dejo una poesía de la argentina Agustina Andrade (1858-1891) donde recrea el concepto. Espero les guste.

Lágrima

Del Uruguay a la orilla
en una noche de estío,
una rosada azucena
vi bordada de rocío.

Que ruborosa inclinaba
su cáliz hacia otra flor,
para dejarle una gota
de rocío temblador.

Ya la flor que había quemado
con su ardiente rayo el sol,
la halló alegre y sonriente
el vespertino arrebol.

Así en las almas que lloran,
tan tristes como esa flor,
suele descender un día
una lágrima de amor.

Y como despierta el ave
cuando ruge el aquilón,
despierta el alma dormida
temblando de inspiración.

La torre de Londres, Robert havell (1793-1878)
Imagen tomada de https://www.meisterdrucke.uk

Costa y cielo, Eugène Boudin (1824-1898)
Imagen tomada de la página de Facebook del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

Otoño en el Sena, Claude Monet (1840-1926)
Imagen tomada de https://www.traveler.es

Puesta de sol a través del cielo naranja y morado, Félix Vallotton (1865-1925)
Imagen tomada de https://www.infobae.com

De la serie de nubes de Ian Fisher (1961)
Imagen tomada de https://mymodernmet.com

Los Jardines de las Tullerías en una mañana de primavera, Camille Pissarro (1830-1903)
Imagen tomada de https://www.tiempo.com