Tony Ávila puso al público a bailar en Uruguay
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El cantautor Tony Ávila derrochó cubaneo, guaracha, sones y versos en cálida presentación en la sede de la embajada de su país en Uruguay, donde hoy alista nuevas presentaciones.
Fue una fiesta cubano-uruguaya en la que acompañaron al caribeño voces, guitarras y percusión uruguayas, como el cantor y compositor Pablo Etcheberry.
Ávila levantó de sus asientos y puso a bailar a embajadores, representantes de instituciones, miembros de la brigada médica de la mayor de las Antillas que presta servicios aquí, uruguayos amigos de Cuba y cubanos residentes en este país.
El ganador del premio CubaDisco 2024 en la categoría Nueva Trova inició el convite con canciones que hicieron íntimo el ambiente.
Temas sobre su propia familia, su país, la paz y la guerra, la mayor de las ausencias, y la inequidad para el mundo de los más, dieron motivos para la reflexión. Pablo Etcheverry rindió homenaje a la Marcha del Silencio, que cada 20 de mayo recuerda aquí a los desaparecidos.
Ávila y Etcheverry le cantaron luego a la Luna, una canción en tiempo de romance del uruguayo.
El resto de la noche fue de Tony Ávila y sus guarachas, donde el doble sentido, el humor y el toque social se deslizaron con clave y gracejo cubanos.
«Timbiriche», «Tiene que haber de to´», y «La Choza de Chacho y Chicha» hicieron subir la temperatura y mover los pies.
Así lo sintieron los representantes de México, Guatemala, Ecuador y otros representantes diplomáticos que se unieron en coro y baile al resto de los asistentes, en una jornada que la embajadora cubana, Zulán Popa, calificó de «especial».
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