TEMPORADA DE DANZA: Malpaso pisa bien (+ FOTOS)

La compañía Malpaso ha concluido en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso una temporada en la que ha mostrado piezas de su repertorio montadas por importantes coreógrafos internacionales. Ha sido una de las líneas de trabajo de una agrupación que está asociada al célebre Joyce Theatre de Nueva York. 

El elenco luce perfectamente cómodo con las pautas de creadores que tienen en común una singular amplitud en el vocabulario, el trabajo con disímiles planos, y cierto regodeo en los ambientes. Más allá de la fluidez de las frases y la plasticidad del movimiento, hay en estas piezas un plus dramático que los bailarines defienden muy bien.

En Vals Indomable, de la canadiense Azsure Barton, se recrean las dinámicas del baile de salón; pero en todo caso ese parece ser el pretexto para plantear «conflictos» de las relaciones humanas, pequeños núcleos que tributan a un entramado mayor.

En Elemental, de la estadounidense Robyn Mineko Williams, el juego de roles es mucho más decidido. El énfasis del drama marca las situaciones hasta el punto de que el espectador puede identificar disyuntivas y motivaciones de los sujetos sobre la escena, para marcar la contraposición entre individuo y grupo.

Mientras que en Tabula Rasa el israelí Ohad Naharin asume una partitura minimalista para «complejizarla» desde el movimiento. Hay rupturas del canon que pudieran ser entendidas como los accidentes del día a día, el impacto de lo imprevisto en la uniformidad.

En resumen: lirismo, buen gusto, excelente ejecución. Plausible lo último si se toma en cuenta que hay nuevos bailarines en el elenco.

Quizás faltó contraste en el programa, alguna «sorpresa» que rompiera con un tempo y una «visualidad» bastante semejantes. Pero habrá quien agradezca la «tranquilidad» que garantizó esa coherencia.