RECORDEMOS A: Chavela Vargas (+videos)
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Fotografía tomada de https://www.revistavanityfair.es
La mexicana Chavela Vargas, nacida en 1919 en Costa Rica como María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano, fue una de las cantantes más influyentes en Latinoamérica, con una carrera distinguida por su voz potente cargada de sentimiento, por interpretaciones magistrales que se apoderaron de cada escenario donde se presentó, y por su historia de vida.
Las simples cosas es una canción del argentino César Isella versionada por una Chavela Vargas profunda, con la intensión de tocar los afectos.
La Vargas no tuvo una vida fácil en su país natal. Allí fue la niña más humilde, rechazada por su familia, según ella misma contó, debido a su aspecto y modales no femeninos. Es por eso que, hastiada de todo, agarró su sueño de cantar y emigró aún adolescente a su México lindo y querido, donde se nacionalizó y vivió hasta el último de sus días.
Sin embargo, muchos años le costó alcanzar reconocimiento porque la nación azteca tampoco le abrió el camino de inmediato. Aquella sociedad tan machista se mostró igual un tanto reticente por su sexualidad, de la cual se sentía orgullosa. En sus inicios probó oficios diversos como cocinera, camarera, cuidando niños, y conduciendo autos. Su aspiración siempre fue cantar, y empezó por bares y cantinas, ya que los teatros le fueron inaccesibles.
Piensa en mí es un tema —del también mexicano Agustín Lara— que Chavela Vargas cantó siempre con extrema sensibilidad, voz rota y triste. En este video podemos ver la introducción emotiva que hace el cineasta español Pedro Almodóvar, quien en diversas ocasiones comentó a la prensa sobre el impacto que tuvo al conocerla, y el porqué la invitó a trabajar juntos.
Al principio le costó acoplarse a una comunidad muy conservadora que no veía con buenos ojos su imagen no estereotipada, despegada de toda norma social, de lo que se esperaba de una mujer. Chavela Vargas resaltaba por su rebeldía. Prefería vestir ropa masculina porque así se sentía más cómoda, le gustaba fumar, y bebía muchísimo alcohol, incluso, a veces portaba arma de fuego.
Sin embargo, a la larga nada de eso importó porque cuando subía a las tablas, brillaba con una luz propia que hechizaba. Cantaba con pasión desbordada, sintiendo cada letra, sufriendo cada canción como si en ello se le fuera la vida. Escuchar su quejido es emocionarse. Así la recuerdo, puro lamento, expresiva, siempre melancólica en temas como Piensa en mí, Tú me acostumbraste, La llorona, En el último trago, Luz de luna, Nosotros, y más que entonaba desde las entrañas.
La dama del poncho rojo, como se le conocía, permaneció demasiado tiempo en el anonimato, cantando en pequeños círculos hasta que fue descubierta gracias a poseer un estilo distintivo, una voz febril, aunque desafiante y temperamental. No estudiar en academia y tener un talento sin moldear, totalmente empírico, no disminuyó su prestigio.
Chavela Vargas tuvo una voz prodigiosa y una proyección histriónica increíble. Y así, con esa fuerza, cantó de amor y desamor de una manera desgarradora y profundamente emotiva.
Grabó más de cuarenta discos, y fue exitosa en Latinoamérica, también en Europa. España fue uno de sus escenarios más importantes. Su canto está presente en la filmografía del cineasta español Pedro Almodóvar, quien se declaró conmovido hasta el llanto desde la primera vez que la escuchó y deseó incluirla en algunas de sus películas tan emblemáticas como Kika, La flor de mi secreto y Tacones Lejanos.
En homenaje a su carrera discográfica, en 2007, a los 88 años de edad, fue reconocida con el Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical de la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación; y actuó prácticamente hasta su muerte, el 5 de agosto de 2012.
Su legado perdura. Chavela Vargas trascendió todas las barreras y hoy es una figura icónica de la música popular mexicana y de la región. Siempre auténtica, contracorriente, apasionada, singular; cautivó por su destreza demostrada en tantísimas presentaciones memorables.
En la década de los 90 el cantautor español Joaquín Sabina le rindió honores al componer Por el boulevard de los sueños rotos, tema que incluyó en su noveno disco Esta boca es mía (1994). Sabina conoció a Chavela Vargas y enseguida quedó prendado de sus competencias y personalidad. En varias entrevistas confesó haber llorado desconsolado cuando supo sobre su fallecimiento.
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carlosvaradero
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