El expresidente de EE.UU., Donald Trump, ha culpado al actual inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, de los altos índices de criminalidad que existen en el país norteamericano, según lo declaró en un discurso durante un acto de campaña celebrado este viernes en Las Vegas, en el estado de Nevada.

"No nos quedará un país si esta creciente barbarie no se revierte y se detiene rápidamente, la ola de quebrantamientos de la ley debe terminar de inmediato", aseveró. "Si vamos a hacer que EE.UU. vuelva a ser grande nuestra primera tarea es hacer que sea seguro de nuevo", añadió.

Asimismo, indicó que el propósito del acto era debatir acerca de qué medidas hay que tomar para detener la "mortal ola de anarquía y caos" que —asegura— ha estado arrasando su país "como nunca antes" se había visto, criticando a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y al líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer.

"El estado de derecho se ha derrumbado ante nuestros propios ojos bajo las débiles políticas contra el crimen de la Administración Biden, el Congreso Pelosi-Schumer, los demócratas radicales de izquierda a nivel estatal y local", continuó.

En este sentido, señaló que las ciudades gobernadas por el Partido Demócrata están experimentando tasas de criminalidad récord, detallando que el año pasado 16 urbes estadounidenses registraron un récord en la cifra de homicidios, mientras que el número de asesinatos en todo el país alcanzó su nivel más alto de los últimos 25 años. Incluso se refirió a Chicago como una "zona de guerra".

Por otro lado, afirmó que su frontera se encuentra en un "estado de anarquía brutal y violenta" a medida que "millones de personas sin control" entran a territorio estadounidense. "En pocas palabras, somos una nación en declive. Somos una nación fallida", lamentó, antes de insinuar que podría presentarse a las elecciones presidenciales de 2024 al ofrecer una solución para cambiar el país.

Por otro lado, Trump rindió homenaje al ex primer ministro japonés Shinzo Abe, que este viernes murió tras ser baleado. "Era un hombre con un valor moral tremendo, una persona fantástica […] Su asesinato no es solo una atrocidad grave, es una pérdida devastadora para el mundo entero", manifestó.