Perfiles olímpicos: Leydi Laura, fechas cruciales y aspiraciones claras

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Perfiles olímpicos: Leydi Laura, fechas cruciales y aspiraciones claras
Fecha de publicación: 
27 Julio 2020
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La pentatleta Leydi Laura Moya.

Aquel 21 de agosto del 2010 para la pentatleta Leydi Laura Moya fue determinante. La corona en los primeros Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur, la catapultó al estrellato toda vez que la comprometió a superarse cada día más en busca de la verdadera gloria del Olimpo deportivo.

Entonces, por el anterior sistema de puntaje, la habanera nacida el 15 de abril de 1992 compiló 4 100 puntos, a razón de: esgrima (840), natación (1 096), y la prueba combinada de carrera-tiro (2 164).

Una década después, con madurez y experiencia competitiva, Leydi Laura recuerda con mucha alegría su incursión en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Allí logró lo que casi nadie vaticinó: obtener preseas en las tres modalidades en las que incursionó, con bronce en individuales, y sendas platas en el relevo femenino y el mixto, junto a Eliani Cámara y José Figueroa, respectivamente.

Leydi Laura

Ni siquiera un caballo rebelde pudo impedir que Leydi ganara el bronce individual. Foto: Roberto Morejón Rodríguez

Rendimientos que demandaron un esfuerzo físico supremo en ella, pero también la premiaron con la clasificación a sus segundos Juegos Olímpicos, luego de que en Río culminara en una discreta posición 33-986 unidades, luego de no acumular puntos en la equitación. De ahí que igualmente guarde con gratitud las fechas del 27, 29 y 30 de julio del 2019.

Junto a Leydi, situada en el puesto 46-51 rayas, del ranking olímpico individual femenino, viajará a Tokio Lester Ders (51-48), quien también obtuvo su boleto en tierras del Cuzco, luego de culminar cuarto-1 451 en solitario.

De vuelta a Leydi, tuvimos la oportunidad de dialogar con ella vía electrónica, en medio de sus ingentes esfuerzos por no distanciarse de la forma deportiva en tiempos de Coronavirus:

¿Qué has estado haciendo en materia de entrenamiento durante estos meses de cuarentena?

“Me mantuve entrenando en casa. Tengo una pelota de gimnasio, una bicicleta de spinning, ligas…. Además de la pistola. Con esos implementos he ido haciendo mis rutinas para tratar de mantener la forma. Hace tres semanas pude comenzar a correr en la pista y me dieron autorización para entrenar en un gimnasio que pertenece al Inder acá en mi municipio”.

Teniendo en cuenta que el pentatlón moderno es una disciplina compleja, ¿Cómo es la planificación de una sesión de entrenamiento de Leydi Laura? ¿Cómo se comporta una semana en tiempos normales?

“Nosotros hacemos en el día tres eventos. La carrera como tal en el Cerro Pelado la entrenamos tres veces a la semana, y el resto de los días siempre intento mantenerla de forma individual. Es sumamente importante la carrera.

La natación igualmente la entrenamos a diario, mientras la esgrima sí la entrenamos dos-tres veces por semana. El tiro lo conjugamos con los entrenamientos de carrera cuando toca, y por último la equitación la hago una o dos veces a la semana.

Sucede que estamos prácticamente prestados en el Centro Ecuestre del Parque Lenin, y a veces se nos dificulta tener un mayor volumen de frecuencias”.

De las pruebas que componen tu disciplina, ¿con cuál te sientes más a gusto y cuál es la más complicada?

“Para mí la más complicada es la esgrima. No me gustan mucho los deportes de combate, sin embargo, por lo general me sale muy bien en competencias. Soy más de deportes de fuerza.

Contrario a lo que muchos piensan, la que más me gusta es la equitación. No siempre me sale bien, pero es la que más disfruto. Montar a caballo es mi evento favorito dentro del pentatlón.

Con los años te adaptas a cada prueba. Me gusta entrenarlos los cinco, actualmente me encanta correr.

Y en el caso de la natación, es mi deporte de origen. Soy nadadora desde los siete años. En el caso del tiro, he demostrado tener buena puntería.

Preferida: equitación, más compleja: esgrima”.

¿Cómo se maneja el tema de la equitación acá y qué tal te llevas con los caballos del Centro Ecuestre del Parque Lenin?

“Nos prestan los caballos. Normalmente los que nos tocan, son los caballos de los niños. No son muy buenos ni poseen tanto nivel, pero te encuentras mucha variedad, y eso es lo que necesitamos.

En competencias no montamos un caballo en específico. De hecho, nos podemos encontrar caballos con cualquier tipo de problema…

Los muchachos del equipo nacional de equitación de vez en cuando nos prestan sus ejemplares. Sobre todo, a Lester, a mí, y a los otros atletas más experimentados del equipo nacional.

Esos poseen mucho más nivel y son más parecidos a los que nos encontramos en competencias internacionales”.

Precisamente, ¿cómo se manejan esas diferencias cuándo se sortean los caballos en competencias internacionales?

“Nosotros tenemos un día previo al inicio de la competencia en el cual se realiza la exhibición de los caballos. Ahí vamos viendo las dificultades, si lleva fusta o espuela; si necesita ser llevado a un ritmo más movido o más lento…

Eso lo vamos analizando con ayuda del entrenador y lo hacemos uno por uno. Cuando nos toca el sorteo y sabemos cuál montaremos, buscamos la caracterización que hicimos y ahí tenemos 20 minutos de calentamiento para familiarizarnos y compenetrarnos con el animal. A veces dan cinco o más saltos que nos sirven de preparación para tener una idea de cómo pudiera comportarse en la cancha.

A veces me han tocado caballos súper difíciles, otras más dóciles, pero eso nunca se sabe. Normalmente los jinetes somos los que nos adaptamos y eso es lo que intento, acomodarme al caballo que me toque”.

Al saberte clasificada a Tokio, ¿Qué sensación experimentaste? ¿Cómo evalúas los Panamericanos de Lima?

“Clasificar no lo tenía tan complicado. Tenía la experiencia de haberlo hecho en los Juegos de Toronto para Río 2016. El pentatlón otorgaba seis plazas sin repetir países y pensaba que podía colarme en ese grupo.

 Lo que más me interesaba era alcanzar una medalla en Juegos continentales que no tenía. El bronce individual fue súper bueno. Tuve algunas dificultades, pero se cumplió el objetivo.

Luego alcanzar plata en ambos relevos nos convirtió en la mejor competencia que ha desarrollado el pentatlón cubano, pero siempre la intención de cara a los próximos es tratar de mejorar los resultados, en especial en el relvo mixto, donde creo que podemos ser campeones. En el individual puedo dar mucho más de mí y es lo que pretendo, porque pienso continuar activa en el próximo ciclo”.

¿Qué perspectivas le ves al pentatlón cubano actualmente y cuán distantes estamos de la élite Mundial desde tu criterio?

“A nivel Mundial está bien complicado el panorama, al menos en el evento individual. En el caso de los relevos mixtos, en el campeonato del Mundo pasado en Hungría, llegamos a estar en tercer lugar, pero mi pareja tuvo un error, quizás derivado de la presión de vernos en esa posición, y fuimos a parar al 12 en la clasificación final.

Nos falta en individual mejorar un poco en ambos sexos. Tenemos déficit de fogueo a ese nivel. No es lo mismo la élite de América que la del orbe. Comoquiera que sea en la esgrima, sobre todo, necesitas foguearte con los pentatletas europeos”.

¿Cuánto ha madurado Leydi Laura desde aquellos I Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur?

“He madurado mucho en cada evento. En la esgrima esa experiencia es crucial. Veo mejor las cosas, identifico a los rivales y preparo con mayor acierto las acciones. He ganado en efectividad.

En la carrera sucede otro tanto. He ganado en confianza. Esa es una variable importante en el pentatlón. Ese saber acumulado en una disciplina complicada, te hace caminar con mayor seguridad ante cada nuevo reto o confrontación”.

¿El mejor y el peor momento de tu carrera deportiva hasta ahora?

“El peor es el que más recuerdo. Fueron los Juegos Panamericanos de Toronto. Llegué a estar cuarta al salir del Handicap y quedé en el lugar seis. Lloré mucho a pesar de clasificar a Río, porque tuve la medalla de bronce en mis manos y la perdí.

El mejor… han sido muchos. La Olimpiada Juvenil en Singapur, que fue mi primer gran resultado en el deporte, y los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Veracruz fueron increíbles.

Siempre es gratificante y lindo cada resultado importante que se obtiene”.

¿Qué condiciones o virtudes debe poseer un buen pentatleta?

“Por lo general son atletas delgados. Soy de hecho una de las más corpulentas, aunque no soy gorda. Altos, aunque el tamaño no define mucho. Hay que tenerle mucho amor y demostrar interés. Hablamos de un deporte que se compone de cinco pruebas, súper complicado. Eso implica entrenar más fuerte.

Diría que casi hay que estar hasta un poquito loco para soportar semejantes cargas. Sobre todo, con la carrera y la natación.

Hay que estar enamorado del pentatlón. Antes practiqué natación desde los siete años y estuve toda la secundaria en el Marcelo Salado.

Luego comencé con 15 años en el pentatlón como hobby en la Ciudad Deportiva. Fui a mi primer Nacional y lo gané. Ahí mismo la actual comisionada, Doris Mallorquín me dijo que estaría al año siguiente en el equipo nacional…

Esa es mi historia”.

Una que ni por asomo ha terminado de escribirse aún. Leydi encara a diario, con más responsabilidad que “locura” su rutina de preparación para no distanciarse de la forma deportiva.

De seguro en otras latitudes sucede lo mismo con la británica Joanna Muir, puntera del ranking olímpico (148 ptos); lo mismo que con el alemán Marvin Faly (114), su homólogo y líder entre los hombres.

A este lado del Atlántico, ella espera poder inscribir varias otras fechas en el plano de gloriosas e históricas.

 

Leydi Laura considera la carrera crucial para ser un buen pentatleta.

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