PENSANDO Y PENSANDO: Tareas escolares por encargo
especiales
Al principio, pensé que era una broma. Después comprobé que no. En una red social encontré un anuncio que decía: «Hago tareas escolares, seminarios, trabajos de curso, tesinas y tesis por encargo. Solicitudes por directo. Precios ajustables».
Algunas personas, con determinado nivel de preparación, pudieran ofrecer ese servicio (y puede que siempre se haya ofrecido)... pero promoverlo públicamente ya es indicio de la normalización del fraude. Y a juzgar por los comentarios que se leían debajo, a muchos estudiantes y padres de estudiantes les parece natural que alguien le haga los deberes escolares a quien debería demostrar con esos deberes un aprendizaje.
Hay un evidente extravío de valores. Y una falta de noción de lo que es ético y lógico.
Si un alumno puede encargarle a otra persona la elaboración de sus trabajos de clase, no tendrá necesidad de estudiar. Y la suya será una promoción tramposa. Nada de aprovechamiento. Muy pocas capacidades prácticas al final de un ciclo escolar.
Y cuando el encargo ya es una tesina o una tesis, el conflicto ético es incluso mayor, pues el «cliente» está optando por un grado, una especialidad, un aval profesional por los que no puede responder.
Fraude ha habido siempre, con mayores o menores implicaciones, pero antes había menos permisividad. Ahora hay mucha gente que ni siquiera se sonroja al cometerlo.
Hay gradaciones que, de alguna manera, van abonando el camino del fraude. Cuando los padres les hacen la tarea a los hijos (es más fácil hacerla que explicarla) se está sentando un referente.
Cuando el alumno (de cualquier nivel) copia y pega en su trabajo de clase una reflexión tomada de Internet, sin acreditar fuentes e intentando pasarla como propia, hay plagio... aunque el profesor mire a otro lado.
De ahí a encargar una tesis completa se transita sin grandes contratiempos... gracias, en buena medida, a la falta de rigor de los que evalúan.
La democratización de las tecnologías ha implicado un abanico extraordinario de posibilidades... pero también ha sido terreno fértil para la simplificación de los procesos educativos. El relajamiento de muchos docentes ha propiciado el relajamiento de sus educandos. La permisibilidad de los padres afecta la integralidad de la formación.
Y todo esto parecería verdad de Perogrullo, pero mucha gente no se detiene a pensar en las consecuencias.
Es muy fácil criticar al profesional que no hace bien su trabajo; es fácil criticar al sistema educativo y a los programas de estudio de las carencias de los graduados... pero al final todos somos responsables.
Y todo comienza cuando le hacemos la tarea al niño de la casa (a veces es evidente que el niño no tenía la capacidad para hacerla de esa manera), y el maestro ni se inmuta, aunque se dé cuenta del fraude.
Es el primer eslabón de una cadena ignominiosa. Que alguien ofrezca el servicio de hacer tareas escolares es solo la punta del iceberg.
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