Pedro y el lobo en clave femenina (+ FOTOS)

El cuento sinfónico para niños op. 67, del compositor ruso Serguei Prokofiev, está escrito en clave de sol, pero la función número 105 de la versión para actores y títeres planos, del genio del teatro cubano Rubén Darío Salazar, fue a la escena en clave de mujer. 

Tres talentosas actrices defendieron la puesta y, por primera vez, en estreno, una de ellas, Maria Laura Germán, interpretó a la narradora de  esta historia, cuyo objetivo es presentarles a los niños y las niñas los instrumentos que conforman la orquesta.

Hace 20 años, Fredy Maragoto me llevó por el hilo imaginario donde personas y animales se expresan a través del sonido de los diferentes instrumentos musicales: la flauta, el canto del pajarito; los trombones, el peligroso lobo, y violines, violas y violoncelos para el pequeño y valiente Pedro, por ejemplo. Lo disfruté muchísimo.

Luego me contaron de la excelente actuación de Iván García en el mismo personaje. Pero hoy, no solo asistimos a otra exquisita presentación de María Laura, sino a la confirmación de que Teatro de las Estaciones, para nuestro bien, jamás va a renunciar a sorprendernos.

¿Quién dijo que el teatro de títeres solo funciona para el público infantil? ¿Quién que la misma obra no puede ser otra? ¿Quién duda que los personajes puedan mutar o transformarse sin perder las esencias tanto como sus creadores sean capaces de soñarlo? 

Pedro y el lobo es un clásico que podemos encontrar en el repertorio de muchas compañías alrededor del mundo, explica Rubén al inicio de la función. Al final, con los ojos llenos de los colores que Alfredo Sosabravo le regaló a Zenén Calero para vestir la pieza, uno tiene la certeza de que ha asistido a un espectáculo único, absolutamente universal, pero tremendamente cubano.